Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Entre la mal llamada clase política se dan situaciones ilegales que, sin embargo, tienen las fórmulas perversas para lograrlas.
Una de ellas es el estribillo que usan los funcionarios públicos: solicité permiso sin goce de suelo para ¡apoyar la campaña!
O bien ¡promuevo la revocación de mandato!
Saben y bien que la Constitución y la legislación electoral prohíbe sus presencias en eventos políticos que se realizan al calor de las campañas electorales o aquellos que, como la revocación de mandato, está vedado promoverla con recursos públicos.
Ellos y ellas dicen: no cobro salario hoy.
Toman días laborales. Porque en la administración pública no se trabaja semana inglesa. Tampoco la llamada de 40 horas. Sus chambas son de tiempo completo.
Imaginar, por ejemplo, un evento catastrófico, natural o generado por los malandros, y el gobernador o gobernadora no se encuentra en su lugar sino haciendo “campaña por el compañero” y urge tomar decisiones delicadas. Se dirá y sin razón: para eso está el secretario de Gobierno”.
Sí y no.
Los gobernadores o gobernadoras no forman parte del Poder Legislativo en donde por cada senador o diputado propietario hay un suplente. Los ciudadanos votan por la fórmula aunque desconozcan quienes la integran.
La semana pasada la jefa de gobierno de la Capital del país acudió a Hidalgo para apoyar al candidato de Morena al gobierno del estado. Julio Menchaca agradeció el respaldo y la mandataria señaló, lavándose el rostro, que acudía porque había pedido el día sin goce de sueldo.
Este fin de semana se encontraba en Tabasco atendiendo la invitación de la secretaria de Energía, Rocío Nahle. No se trató de un evento oficial en el que se conmemore algo. No. Simplemente fue un encuentro entre amigas y amigos. No fue la única convocada. También estaba Layda Sansores y los gobernadores de Oaxaca, Alejandro Murat y de Tabasco, Carlos Manuel Merino Campos.
¿Todos solicitaron el día sin goce de sueldo?
Se advierte que en Morena las leyes se hicieron para violarlas. Y ya contagiaron los priístas y expriístas -¿quién es químicamente puro en el corral guinda?- que también se prestan a validar las “grandes obras” del sexenio.
Como saben que gozan de impunidad, no inmunidad, gracias a las torpezas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de no aplicar sanciones a quienes violentaron la veda en los tiempos de la revocación de mandato, cada cual sigue haciendo lo que le viene en gana.
Porque, además, ya confirmaron el camino seguido por el jefe de la parvada: es más barato pagar una multa que dejar de hacer grilla violando la Constitución y la legislación electoral.
Y algo que debe inquietarnos: ¿de verdad cada trabajador público de alto rengo paga los gastos de sus viajes con recursos propios o salen de la “inexistente” caja chica que tienen en sus empleos?
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