No Salimos de una y…. Entramos a Otra
*Sin Reconciliación Nacional en el País, Pero con Fragmentación Social
*Crisis: un Sinnúmero de Homicidios y Violaciones a los Derechos Humanos
*Personas Desaparecidas y Constantes Agresiones Contra Mujeres
*La Peor Tragedia: el Discurso de Odio Oficializado Desde “Las Mañaneras”
ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO
El país está hecho un desastre, no recuerdo una época similar. La exacerbada descomposición prácticamente en todos los rubros se asemeja a las apocalípticas plagas, con un destino incierto y sin contemplar la luz al final del túnel, el panorama continúa sombrío y la tormenta no amaina, por el contrario, los ventarrones están quebrando las esperanzas.
Nos prometieron un proceso de reconciliación nacional, cuyo tránsito debía pasar por la recomposición del tejido social, elemento indispensable para lograr la gobernabilidad y el bienestar, impulsando la solidaridad y la cohesión para obtener el respeto y la confianza.
En contrapartida, observamos un permanente ambiente de fragmentación social, acompañado por un sinnúmero de homicidios, violaciones a los derechos humanos, personas desaparecidas y constantes agresiones en contra de mujeres. El país se ha vuelto tierra de nadie, el clima de inseguridad es atroz, los dramas derivados de ese fenómeno son capítulos cotidianos y la peor tragedia es el discurso de odio oficializado desde las mañaneras.
La pobreza continua lacerante y creciente, cada vez se suman más personas a formar parte de los índices de marginación al carecer de los servicios públicos indispensables, como el de salud, empleo, vivienda, educación, alimentación y una vida digna, la frase de: “primero los pobres”, tiene un lugar relevante en el cajón de promesas incumplidas.
Por otra parte, el crecimiento económico proyectado desde la campaña presidencial fue convertido en mera demagogia, las políticas públicas impuestas en la materia presentaron resultados adversos, las inversiones se frenaron ante la incertidumbre jurídica al considerar latentes riesgos, ocasionando entre otros factores un pobre desempeño que impacta el producto interno bruto.
Sin embargo, pese a los grandes problemas que enfrenta el país, la administración ha puesto especial enfoque en la materia política; su ocupación primordial es eliminar a la oposición a toda costa, sus grandes esfuerzos por desaparecer a los adversarios políticos no han tenido la eficacia esperada.
Esa dedicación y recursos públicos utilizados en la persecución, descalificación, consultas populares, revocación de mandato y campañas mediáticas para atacar indiscriminadamente a fuerzas y personajes de la vida pública que López Obrador, tacha como adversarios a su mandato, más que debilitarlos los ha ido fortaleciendo.
Empero, ha descuidado por esa obsesión los problemas realmente importantes que atañen al país, sumiéndolo en un estado deplorable debido a la desatención y negligencia con que se ha conducido al establecer prioridades personales por encima de los intereses nacionales.
Ni siquiera fue capaz de entender que la propuesta de reforma eléctrica era imposible que pasara como se había presentado, la toxicidad de su contenido era dañina, sin embargo, esa experiencia no hace eco y, ahora presenta otra en materia electoral con un ADN envenenado a sabiendas de antemano de su inviabilidad al no tener los votos suficientes.
Así ha sido todo el sexenio, cada vez con mayor intensidad, no salimos de una y nos sumerge en otra y, mientras ello acontece el país sigue a la deriva, el pasado es historia, el presente triste realidad.
