Por Jesús Michel Narváez
EU dice NO.
Por la mañana, el presidente López oxigenó parte de la entrevista sostenida con Joe Biden y afirmó haberle pedido que la invitación a la Cubre de las Américas fuera abierta y que asistiera el que quisiera…
“Me dijo, lo voy a pensar”.
y apuntó: Es la cubre de las Américas…¿qué los otros países son de otra Galaxia, de otro mundo…”.
“Me dijo, lo voy a pensar”.
Sin duda hizo el descubrimiento astrofísico del siglo XXI. Porque, son en efecto, de otro planeta… el equivocado.
Probablemente la indiscreción orilló al Departamento de Estado a pronunciar un rotundo no para invitar a Venezuela, Cuba y Nicaragua.
En la búsqueda de ser el “líder” de América Latina o quizá a cambio de pagar facturas pendientes, el presidente López sería capaz de anunciar esta mañana que tampoco irá.
La verdad solamente la sabe él.
En la respuesta de Estados Unidos está claro el mensaje: no invitará a su mesa -porque es suya, de su propiedad y de nadie más- a sus “adversarios, enemigos cazados y dictadores”.
Todo parece una equivocación, una más, otra ocurrencia, del huésped temporal de Palacio Nacional para hacerse notar.
Hombre con una terquedad insuperable, con el sentimiento de que es “el hombre” que necesita América Latina, López no mire las consecuencias.
Si la economía nacional está mostrando mejoría en el crecimiento del PIB no es por la productividad de las empresas, comercios, cadenas de suministros, armadoras de autos, de alimentos.
No.
Se debe a las exportaciones mexicanas a Estados Unidos y cuya economía muestra franca recuperación.
Y por supuesto a las “benditas remesas” que, por cierto, no deben considerarse como un “éxito” sino como el fracaso para arraigar a los nacionales mediante buenos empleos, mejor trato humano. La carencia de tecnologías avanzadas que permitan competir y no solo maquilar, porque eso hace México con las empresas estadounidenses, canadienses, europeas instaladas en el país.
Algo más de soberbia y terquedad están llevando a México hacia un rumbo no deseado por el vecino del norte, por los del viejo continente de la Unión Europea, por las naciones asiáticas que conocieron y defienden la democracia.
Con un canciller cuya obsesión es alcanzar algún día la Silla del Águila y más preocupado por hacer “grilla interna” que, por guardar las formas diplomáticas, no se puede esperar mucho. Y con Adán Augusto López Hernández haciendo que hace política interior, menos. Claudia Sheinbaum Pardo está en campaña y tiene a la Ciudad de México sumida en un letargo alarmante.
Y como el presidente López no acepta consultar con sus “asesores” -que los tiene y provienen lo mismo de Cuba que de Venezuela y Rusia, lo traiciona el ego, que ignoren sus “respetuosas solicitudes” y parece estar decido a converse en el “vecino incómodo”.
Nada bueno traerá pelearnos con el chef, porque Estados Unidos no cociera, para la economía mexicana.
A nadie le extrañe que comiencen las deportaciones de connacionales con estancia ilegal en la Unión Americana.
Jugar con fuego sin saber que quema, es poco más que ignorancia. Es soberbia elevada al cubo.
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