EU espera una presión extraordinaria por aumento del flujo migratorio: Mayorkas

Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, reconoció este domingo que el país enfrentará una presión extraordinaria por el flujo de migrantes en la frontera con México una vez que se eliminen las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19.

En entrevista con la cadena de televisión ABC, Mayorkas admitió la amplitud del problema e insistió en el llamado a los migrantes para que no se desplacen hacia la frontera sur de EU para intentar cruzar de forma irregular.

El plan del presidente Joe Biden de poner fin el 23 de mayo al denominado Título 42, la medida que permite la expulsión rápida de inmigrantes con argumentos sanitarios, ha provocado reclamos de varios sectores políticos.

Los republicanos afirman que las fronteras estadounidenses están fuera de control, en tanto los legisladores demócratas en estados con votantes indecisos dicen que esos mensajes políticos los han dejado muy vulnerables de cara a las elecciones de mitad de período a celebrarse en noviembre próximo.

«Hay unanimidad en que el sistema está colapsado», reconoció el secretario en el programa Fox News Sunday, para acotar que se necesita urgentemente una legislación para proporcionar una solución a largo plazo.

La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense sostiene que en las últimas semanas intercepta a diario un promedio de siete mil 800 migrantes indocumentados a lo largo de la frontera con México, casi cinco veces el promedio de mil 600 registrado entre 2014 y 2019, antes del brote de coronavirus.

Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional dijeron en marzo que el número podría ascender a 18 mil por día tras el levantamiento del Título 42.

«No hay duda de que si, de hecho, alcanzamos ese número, será una presión extraordinaria para nuestro sistema», dijo Mayorkas al programa de entrevistas State of the Union de CNN. «Pero nos estamos preparando para ello».

La migración ha sido uno de los temas más espinosos para Washington desde hace décadas, y los esfuerzos de reforma han resultado insuficientes.

Los ánimos sobre el asunto se caldearon cuando el expresidente Donald Trump describió a los migrantes indocumentados como delincuentes y violadores, y cuando su administración separó a algunos padres de sus hijos menores tras cruzar la frontera.

El Título 42 se estableció bajo la administración Trump, y los críticos lo acusaron de invocar preocupaciones de salud pública para instrumentar una forma fácil de limitar la entrada de migrantes por la frontera sur, por donde ingresan sobre todo centroamericanos y mexicanos.

Pero Biden continuó apoyándose en esa norma para rechazar a los inmigrantes, cuyo flujo se ha incrementado cerca de los cruces fronterizos en previsión de la suspensión de la medida.

 

Los arrestos fronterizos alcanzaron un máximo histórico en 2021 y se prevé que superarán ese ritmo este año. Anticipándose a una gran afluencia, el gobierno de Estados Unidos amplió las instalaciones fronterizas y aumentó su capacidad para procesar a los migrantes.

Por otro lado, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, está analizando la posibilidad de invocar poderes de guerra tras declarar una invasión debido al alto número de cruces irregular en el estado que gobierna, una medida calificada por los demócratas como un truco político para ganar empuje a costa de la vulnerabilidad de los migrante.

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