Galaxia Política
*Cuando la Sangre Corra ¿Qué Hará Delgado?
*Mara Lezama Divide a la Comunidad Maya
JESÚS MICHEL NARVÁEZ
Antes del martes pasado, solamente dos actos de nacionalización se habían dado.
Dos presidentes apellidados López: Adolfo y José, las llevaron a cabo.
La tercera acción nacionalizadora también la realiza otro de apellido López: Andrés Manuel.
La primera, la de López Mateos para nacionalizar la energía eléctrica que servía la empresa The Mexican Light & Power Company, ocurrió el 21 de octubre de 1960. Todo un discurso hoy retomado por el tercer López. Breve recopilación: “Les devuelvo la energía eléctrica, que es de la exclusiva propiedad de la Nación , pero no se confíen porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros… (…) En México la Constitución es muy clara: los recursos energéticos y los yacimientos petroleros son a perpetuidad propiedad única y exclusiva del pueblo mexicano. El resto de las especulaciones al respecto son traición a la patria. Industrializar el país no implica una subasta pública de nuestros recursos naturales, ni la entrega indiscriminada del patrimonio de la patria”.
¿Dónde hemos escuchado, leído y visto esas últimas palabras? Aquella nacionalización, se documentó, con información periodísticos, en realidad fue una compra de las acciones de la empresa. Y eran otros tiempos. El presidente Adolfo López Mateos enfrentó seriamente a los médicos, a los maestros, a otros gremios de trabajadores. Hay información suficiente que apunta hacia acciones represivas. Durante su mandato, declaró que el país era de izquierda… ¡dentro de la Constitución!
La segunda nacionalización ocurrió a tres meses antes de terminar su mandado José López Portillo. En su sexto y último informe de gobierno y frente ante el Congreso de la Unión y un millar de invitados, anunció que la banca se nacionalizaba.
Los presentes no salíamos del asombro -estuve en San Lázaro aquel primero de septiembre de 1982- y el remate de su exposición se tomó como bandera de nacionalista: ¡ya nos saquearon, no nos volverán a saquear! Fue todo lo contrario. Los bancos regresaron a los privados y apenas 8 años después, estaban quebrados y surgió el Fobaproa… que seguimos pagando.
La tercera tiene los mismos elementos justificantes con la diferencia que la energía eléctrica cobijada por las barras y las estrellas, ya iluminaba las ciudades mexicanas y, la banca era ya un próspero negocio. El Litio es todavía una incógnita.
Hasta ahora se desconoce la cantidad, la real, que se encuentra en el subsuelo mexicano. Cuando se realizó la nacionalización de la energía eléctrica se modificó la Constitución. Para la bancaria no hubo necesidad. Tampoco para la del Litio.
¿Cuánto costará la nacionalización al pueblo de México, no al gobierno?
La sola palabra “nacionalizar” implica el principio de evitar las inversiones extranjeras. Luis Echeverría, cuyo perfil ideológico no dejó jamás duda hacia dónde miraba, sin modificar la Constitución aplicó el desafiante concepto de “economía mixta”, que permitió avanzar en diversas obras de infraestructura y no por ello el país perdió soberanía.
Ahora, con la decisión presidencial obedecida ciegamente por sus aliados en el Poder Legislativo, pasará a la historia por haber sido el tercer López en nacionalizar lo que de suyo le pertenece a la nación. Diferencias entre los López, sin duda cabe.
METEORITOS
De salvajada debe considerarse la campaña iniciada por Morena -con autorización por supuesto- en cintra de los diputados que votaron en contra de la reforma eléctrica. Mario Delgado y Citlalli Hernández, dirigentes del partido oficialista, no niegan las consecuencias que su “ideota” traerá a los congresistas opositores. No advierten, sin embargo, que la bala pueda salir por la culata. Insistir en que los “traidores a la patria” deben ser señalados, los convierte en ministerios públicos y jueces en lugar de políticos. Bueno, eso de políticos es un decir. Y cuando la sangre de algún opositor se derrame ¿qué dirán?… ¡fue el pueblo el que hizo justicia! Ojalá y no ocurra. *** Epigmenio Ibarra se ha convertido en el peor defensor de la cuatroté. Sus tuits acusando a todo lo que huela a Felipe Calderón, ya rayan en el ridículo. Lo más reciente: la violencia que vive México aún es culpa de Genaro García Luna. Nunca, como sus otros compañeros de establo, reconocen que la criminalidad actúa con la impunidad concedida por el presidente de la República. *** En el Estado de México hay una pregunta entre la clase política: ¿Dónde está Alfredo del Mazo? De pronto, como los mariachis, ha callado.
BRILLA EL SOL
Jorge Romero, coordinador de los diputados del PAN se ha convertido en la figura central del rechazo a la reforma eléctrica. Otro que creció, fue Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano. Reducidos y no por ello menos importante el trabajo que realizaron, Luis Enrique Cházaro y Rubén Moreira. *** Finalmente se reconoce: el gobierno dejará de recibir entre 350 y 400 mil millones de pesos este año a causa del subsidio aplicado a las gasolinas. Raquel Buenrostro, la jefa del SAT, hizo el cálculo que, por supuesto justificó, como la medida para frenar la inflación, algo que no se ha logrado. *** No cayó nada bien en el sector privado la afirmación del presidente López sobre que los amparos que buscan los generadores de energías limpias ya no se concederán, porque la “ley de la Industria Eléctrica, ya es cosa juzgada”. Alguien está engañando al residente temporal de Palacio Nacional. ¿Será el ministro presidente? *** Cuentan que Mara Lezama, la candidata de Morena al gobierno de Quintana Roo le faltó al respeto al Consejo Directivo del Gran Consejo Maya y por haber dividido a la comunidad. No debería extrañar, pero así se han comportado los que visten la camiseta guinda.