Una semana con sabor agridulce. El domingo los grupos parlamentarios de la oposición frenaron la reforma eléctrica; el mismo día, a las 23 horas, llegó a la Cámara de Diputados la iniciativa para nacionalizar el Litio; por la noche estaba aprobada y remitida al Senado en donde con la misma prisa se avaló y el miércoles se publicó en el Diario Oficial de la Federación. En su sesión de Pleno, la Suprema Corte de Justicia de la Nación recontó os votos de la Ley de la Industria Eléctrica y confirmó que la LIE no es inconstitucional pero tampoco fue declarada constitucional con lo que, en buen castellano, regresó al estado en que se encontraba antes de las demandas de inconstitucionalidad. Los amparos seguirán cayendo.
Una derrota escandalosa. Una victoria pírrica.
Parecería, sin embargo, que el revés pesó más que el triunfo. Inesperadamente el presidente López llamó a los empresarios generadores de energías limpias y cuyo origen era el autoabasto y después lograron vender los excedentes a la CFE para, según palabras del Jefe del Ejecutivo, encontrar los caminos que resuelvan las diferencias. Advirtió que la SCJN dejó en claro, al revisar ar5rtículo por artículo, que los amparos se acabaron para ese sector. Otros personajes, juristas, magistrados y ministros, opinan lo contrario.
También en la semana anunció la posible reunión con los antes llamados pseudoambientalistas para limar las asperezas que, con motivo de la destrucción de manglares, derribo de más de 20 ml árboles de finas maderas -nadie sabe quien las aprovechará- y edificación de columnas en los cenotes, surgió la campaña contra el Tren Maya. Los verdaderos ambientalistas brincaron de gusto e invitaron al presidente que, con caso y lámpara, realizará el viaje y bajara a los ancestrales cenotes para observar el daño que se causa y que tendrá graves consecuencias en el futuro cercano. El presidente se negó a asistir a Quintana Roo y dar explicaciones. Propuso, en cambio, que lo representen los habitantes de la zona y ellos, conocedores de su hábitat, respondan las dudas. A los “famosos” los invita a un diálogo en Palacio Nacional.
En la semana se lanzó una “campaña de odio” patrocinada por Morena, avalada por el ciudadano habitante temporal de Palacio Nacional e impulsada por la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, los dirigentes nacionales de Morena y los estatales y municipales en contra, principalmente, de los diputados del PAN, a quienes tapizaron oficinas en diversas partes del país con fotografías de los congresistas y leyendas de “traidor a la patria”. A una legisladora la agredieron el pasado martes cuando abordaba su auto. Le robaron la bolsa, golpearon su automóvil y le advirtieron que seguirá siendo objeto de ataques. Jorge Triana, vicecoordinador de los panistas en San Lázaro presentó una demanda civil por daño moral. Y la dirigencia nacional responsabilizó al presidente López por la integridad de sus representantes populares. A las voces se unieron los del PRI, del PRC y de MC.
Sin embargo, la campaña sigue y Claudia Sheinbaum con Mario Delgado, Citlalli Hernández y Martí Batres a la cabeza, hicieron caso omiso a los llamaos para detener el linchamiento y, por el contrario, animaron a sus seguidores.
El fin de semana el presidente recibió en Palacio Nacional a la presidenta del Consejo de Administración de Santander, Ana Botín. Entrevista a puerta cerrada y la oficina de prensa de la Presidencia no emitió comunicado al respecto. Quizá por la preocupación de la banquera por las declaraciones presidenciales en torno a que las constructoras y bancos españoles hacen negocio, ganan dinero en exceso, con sus oficinas en México.
