Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Cerrarse a la realidad y cegarse ante el “deslumbrante” triunfo del pasado, no analizar, supurar odio y mostrar que la venganza será peor que una de las 7 pestes de la humanidad, representa no entender que una nación como México no está preparada para tener a un dictador como gobernante.
Y emperrarse, porque no hay otra forma de decirlo, en “cambiar lo que funciona” y para ello enviará las iniciativas para una reforma electoral y que la Guardia Nacional se convierta en el cuarto brazo armado de la Defensa Nacional, es no entender que el Poder Legislativo recobró parte de su dignidad, sin que ello represente la independencia plena, y que sus propuestas están condenadas al sepulcro y no del cual resucitó Jesucristo.
Sin dejar el fondo de los temas, las oposiciones, hoy sólidas, estarán unidas para defender al INE y al TEPJF y, por tanto, su reforma que tiene el objetivo primigenio desaparecer a los organismos para convertirlos en una cueva de desconocidos que serán “elegidos” por el pueblo, no pasará. Ninguno de los partidos, incluyendo a los oficialistas, votarán por reducir las prerrogativas que reciben para sus actividades, las legales y las ilegales; tampoco estarán de acuerdo en perder la canonjía de tener sus diputados plurinominales y sus senadores de lista.
En cuanto a la Guardia Nacional hay que recordar que se constituyó como un ente civil que, por desgracia, encabeza un militar y la ordenanza general se dicta bajo los términos de la Defensa Nacional. El presidente argumenta que la única forma de hacer prevalecer su existencia y evitar que se pudra “como se pudrió la Policía Federal” es incorporarla al Ejército. Su afirmación debe alertarnos sobre lo que está pasando en la GN.
Era esperado que mostrara su irritación al ser derrotada su iniciativa de reforma eléctrica-energética y que recurriera, de nueva cuenta, a las descalificaciones verbales que, sus acólitos encabezados por Mario Delgado y Citlalli Hernández, lanzaran desde Morena la advertencia de “exhibir” los rostros de los diputados que votaron en contra con lo que violan el principio constitucional de que los congresistas no podrán ser reconvenidos por sud dichos y acciones legislativas. Además, vulneran el derecho a la secrecía de datos personales.
Y lo grave: ponen en riesgo, con este anuncio de colocar “tendederos” en las plazas públicas de las entidades que tendrán elecciones el 5 de junio. Cualquier fanático de la cuatroté se encontrará en condiciones de agredir a los y las diputadas que frenaron la iniciativa.
Es el principio de la venganza macuspeña. Aunque lo niegue el presidente de la República, en su corazón anida la sed de cobrar facturas que, presuntamente, le deben desde el pasado. El fracaso en busca de la gubernatura de Tabasco. Su desafuero, sus derrotas ante Felipe Calderón y Enrique Peña. Todo lo guarda en la bodega que tiene pegada al cuello.
Haber perdido la votación es buen momento para deshacerse de los no indispensables. Le fallaron sus operadores políticos. Todos. Secretarios de Estado. Gobernadores. Diputados. Nadie quiso entender lo que estaba en juego y todo lo apostaron a una número 334. Sí, los votos que necesitaba Morena para cumplir el capricho presidencial.
Nadie se llame a sorpresa cuando se filtren las informaciones sobre las carpetas de investigación abiertas por la Fiscalía General de la República o por la Unidad de Inteligencia Financiera. Son herramientas, poderosas armas, para combatir al declarado enemigo.
La venganza está en marcha.
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