Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Sin desdeñar el resultado favorable, no fue ni con mucho, el esperado por el presidente López
Con datos preliminares, el máximo estimado es de 18.02 por ciento de la Lista Nominal del Padrón Electoral, alrededor de 16 millones de sufragantes, debajo 15 millones de los obtenidos en 2018 en la elección presidencial. Sin embargo, la popularidad y los beneficiarios por los programas del presidente de la República reflejaron que el 90 por ciento de los votos emitidos fue por que se quede a terminar su mandato-
No deben sorprender los votos por su estando. Tampoco que se haya aumentado en 50 por ciento el número con respecto a la primera consulta popular para juzgar a funcionarios del pasado. Lo que debe llamar la atención que a pesar de contar con 17 gobiernos estatales, haber desplegado una campaña de promoción -ilegal- para asistir a las urnas, los ciudadanos no respondieron con el entusiasmo que pretendía el huésped temporal de Palacio Nacional.
Seguramente esta mañana el presidente se mostrará feliz, feliz, feliz, porque el pueblo bueno, el de los humildes, el de los marginados, el de los pobres, le refrendó su confianza.
Sin conocer los datos estado por estado y consejo distrital (300) por consejo, queda claro que hay un rechazo o por lo menos poca aceptación por las acciones de gobierno.
Ganó el abstencionismo. Y cuando las cifras electorales son menores existe la facilidad de hacer creer a la gente que “todos dijeron que se quede”,
A mayor votación, en todos los procesos, menores índices de aprobación para el ganador. El voto se divide.
En este novedoso ejercicio de democracia participativa, entre el 84 y 82 por ciento de los ciudadanos con derecho a voto optó por abstenerse.
Informes preliminares no oficiales daban como dato que el mayor número de los votantes lo conformó gente de la tercera edad. Adultos mayores. Los que reciben la pensión universal o tienen acceso a otros programas sociales.
Frente al informe cabe preguntar: ¿fueron obligados a votar por la permanencia del presidente?
Es especulación, sin duda.
Sin embargo, proclamar un triunfo por el avasallador porcentaje a favor de seguir, no deja de ser un despropósito.
¿Dónde quedaron 78 millones de votantes?
No son invisibles. No se trata de personas fallecidas. Tampoco inhabilitadas por enfermedad. Menos aún alejadas de las casillas en donde podrían haber emitido su voto.
¿Rechazo, apatía, desinterés?
Vaya usted a saber.
Lo cierto que los pronósticos no fallaron. Los demoscopistas establecieron un rango entre 12 y 15 millones de asistentes a las urnas. Se equivocaron por nada.
En Palacio Nacional esperaban los 37.5 millones para que el resultara fuera vinculante y, entonces, asirse rumbo a 2024.
De ninguna manera debe desacreditarse el ejercicio. Menos negar que hay un despertar por otro tipo de procesos democráticos. Al final de la jornada, en paz y con escasos sobresaltos, los participantes lo hicieron notar.
Para el futuro, sin la injerencia política y regresando a los ciudadanos su derecho, es probable que, en un ejercicio similar dentro de 6 años, pueda relevarse al presidente de su cargo.
Un avance sin duda alguna. Otra victoria pírrica para el Presidente y su equipo y, sobre todo, la colocación de los cimientos para que entienda que los que lo apoyan no son todos los ciudadanos con derecho a voto.
Contra la voluntad del Jefe del Ejecutivo, ganó el abstencionismo y no tiene derecho a culpar al INE de la baja participación que, en las actuales circunstancias, debe considerarse alta.
El resultado demuestra que el abstencionismo tiene dos lecturas: apatía o rechazo.
E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada
