Rusia anunció la ofensiva final sobre Mariúpol, asediada ciudad portuaria a orillas del mar de Azov, mientras que el gobierno ucraniano pidió esta mañana a sus ciudadanos que abandonen las regiones de Lugansk, Donetsk y Járkov, en el este del país.
“En dirección a Donetsk y Lugansk los esfuerzos de Rusia se centran en las hostilidades en torno a las ciudades de Popasna y Rubizhne, y en establecer el control sobre Mariúpol”, indicó el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Según el último parte bélico, Rusia emplea activamente la aviación para proseguir su asalto a Mariúpol, donde, según la comisaria para Derechos Humanos del Parlamento ucraniano, Lyudmila Denísova, solo en las últimas 24 horas hubo 118 bombardeos y donde resisten como pueden unos 130.000 ciudadanos.
El Ministerio de Defensa de Rusia anunció el martes por la noche la ofensiva final para la toma de Mariúpol, después de que venciera el ultimátum dado para que las fuerzas ucranianas y las tropas del batallón Azov depusieran las armas y abandonaran la ciudad.
“Tomando en cuenta el desinterés de Kiev de conservar la vida de sus militares, Mariúpol será liberado de las unidades nacionalistas por las Fuerzas Armadas de Rusia y la República Popular de Donetsk”, dijo el portavoz castrense, mayor general Igor Konashénkov.
El asedio a la ciudad no ha cesado desde hace un mes y las fuerzas combaten calle por calle en el centro de la urbe: los rusos y los hombres del líder checheno, Ramzán Kadírov, para tomarla, y las tropas ucranianas para echar a los rusos de la castigada ciudad, en la que más del 90 % de la infraestructura ha sido destruida, según las autoridades locales.
“Los fuertes combates y los ataques aéreos rusos continúan en la asediada Mariúpol”, confirmó el Ministerio de Defensa británico, que alertó de que la “situación humanitaria en la ciudad está empeorando”, ya que los ciudadanos no tienen ni agua, luz, calefacción o medicinas, ni tampoco comunicación.
“Las fuerzas rusas han impedido el acceso humanitario, probablemente para presionar a los defensores para que se rindan”, sostiene Londres.
El alcalde de la ciudad, Vadim Boychenko, afirmó en Telegram que “hace una semana estimaciones cautelosas situaron el número de muertos en 5,000”, entre ellos unos 210 niños.
“Pero dado el tamaño de la ciudad, la destrucción catastrófica, la duración del bloqueo y la feroz resistencia, decenas de miles de civiles de Mariúpol podrían ser víctimas de los ocupantes”, dijo.
Afirmó que por eso Rusia “no tiene prisa por dar luz verde a la misión turca y otras iniciativas para salvar y evacuar por completo la ciudad”.
Indicó que los rusos “han comenzado a operar crematorios móviles” en la ciudad para “tapar sus huellas” de los “crímenes cometidos por el Ejército en Mariúpol tras el genocidio generalizado en Bucha”, en la región de Kiev.
Además, añadió el alcalde, todos los testigos potenciales de las “atrocidades de los rusos” están siendo silenciados tras ser identificados en campos de filtración, uno de los cuales estaría ahora en Magush, en la región de Donetsk, según dijo en Telegram su asesor, Petró Andryushchenko.
Éste señaló que las tropas rusas están llevando a cabo “redadas masivas y saqueos masivos” en la ciudad, derriban puertas, entran en apartamentos y casas aún en pie y “se llevan todo lo que tiene algún valor”. Asimismo continúan las “deportaciones”, como ha sido el caso del último hospital, con el personal y los pacientes, aseguró.
“Esto ya no es Chechenia o Alepo. Es el nuevo Auschwitz y Majdanek”, sentenció Boychenko.
En el plano militar es difícil evaluar qué está ocurriendo, dada la escasa información que sale de la ciudad.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Estados Unidos, cree que las fuerzas ucranianas “parecen estar sosteniendo una resistencia organizada en partes de la ciudad”, si bien “no está claro cuánto más podrán resistir”. Según sus analistas, Rusia ataca las posiciones ucranianas alrededor de la planta de Azovstal.
Kadírov aseguró en Telegram que “hoy hace una semana desde que las tropas rusas liberaron los barrios clave de la ciudad”, sin mencionar qué partes exactamente. Los expertos militares sostienen que Rusia no ha enviado a las fuerzas retiradas de la región de Kiev al este de Ucrania, donde las fuerzas rusas quieren “liberar” el Donbás.
“La situación está empeorando cada día. Los orcos (rusos) han intensificado el bombardeo, quieren más rehenes, más sufrimiento en las ciudades”, señaló el jefe de la Administración Estatal Regional de Lugansk, Serhiy Haidai, en Facebook.
“El día de hoy ha demostrado que no puedes esperar más. ¡Empaca y evacúa!”, señaló, al afirmar que “todas las ciudades libres de la región están bajo fuerte fuego enemigo”, como Severodonetsk, Popasna y Rubizhne.
La viceprimera ministra y titular para la Reintegración de los Territorios Ocupados, Iryna Vereshchuk, afirmó por su parte que los jefes de las administraciones militares de las regiones de Járkov, Lugansk y Donetsk piden a la población que las abandone, según la agencia UNIAN.
“Necesitamos evacuar mientras todavía existe tal posibilidad, porque será casi imposible detener el fuego” ruso, enfatizó.
Información y foto: EFE.