NIDIA MARIN
No pasar a la historia como un buen ejemplo es el terror actual de ya saben quién, aunque hay que acotar que la mayoría de los seres humanos tenemos héroes o heroínas y también reconocemos el trabajo bien hecho de aquellos que desde la cúpula ayudaron al pueblo de México, incluidas todas sus clases sociales, a progresar.
Tomando en cuenta que en un solo hombre radican varios dioses y demonios, en México los presidentes de la República reconocidos popularmente son varios, porque con acertadas decisiones en su momento escribieron una parte de la historia en beneficio del país.
De tal manera que, hoy, son respetados en ciertos renglones, más no venerados y suman por lo menos una novena de los más o menos bien recordados presidentes de los siglos XX y XXI:
Lázaro Cárdenas del Río es el primero. Durante su mandato (1934-1940) sus logros fueron: el plan sexenal de gobierno, la expropiación petrolera (hoy con pretensiones de ser copiada), la expropiación ferrocarrilera (hoy casi inexistente, en el país, pero con intenciones en el Sureste Mexicano, aunque se destruya la selva, el medio ambiente y el hábitat de miles de especies) y la reforma agraria (actualmente en agonía).
En ese periodo, las relaciones entre el gobierno de México y su vecino del norte fueron de gran tensión. México había roto relaciones con Gran Bretaña por la expropiación y eso tampoco agradaba a Estados Unidos.
Manuel Ávila Camacho (1940-1946) fue el siguiente. Logró el restablecimiento de las relaciones México-Estados Unidos. Otro de sus aciertos fue la Creación del Instituto Mexicano del Seguro Social, hoy en agonía.
Su sucesor Miguel Alemán Valdés (1946-1952), aunque se dude, fue otro presidente de México con éxitos. Por ejemplo, la construcción de Ciudad Universitaria, así como las zonas Naval de Veracruz, la edificación de Ciudad Satélite, de los multifamiliares Juárez y Miguel Alemán y la transformación en estado de lo que era el territorio de Baja California.
Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958), fue otro mandatario con resultados, como son la inauguración de la Presa Falcón que contó con la presencia del presidente estadounidense Dwight Eisenhower y la creación del Instituto Nacional de Vivienda, hoy prácticamente desaparecido.
Otro de nombre Adolfo, López Mateos (1958-1964), tuvo varios aciertos: estatizar la mayor parte de la energía eléctrica (en aquel tiempo era necesario), crear los diputados de partido (también llamados plurinominales, hoy en el filo de la navaja ante la estulticia y escaso conocimiento de los temas a legislar) y la constitución del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) hoy en grave crisis.
Luis Echeverría Álvarez (1970-1976), en cuyo mandato se construyeron, por ejemplo, los puertos Lázaro Cárdenas, en Michoacán y Puerto Madero, en Chiapas, además llevó a cabo a una activa política exterior e inclusive, a propuesta de México, la Organización de las Naciones Unidas aprobó la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados.
José López Portillo (1976-1982), aunque no lo crean, tuvo aciertos. Durante su mandato se promulgó la Ley de Amnistía y la Reforma Política gracias a lo cual la izquierda y sus asegunes, ingresaron a la legalidad representada en decenas de partidos políticos y hoy gobierna la sui géneris Morena.
Miguel de la Madrid (1982-1988) sobresale em su sexenio por el ingreso de México al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) y la renegociación de la deuda externa.
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). En su etapa se reiniciaron las relaciones Estado-Iglesia y nació el Tratado de Libre Comercio (TLC), también denominado Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), hoy con el nombre de Tratado Comercial Entre Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Y párele de contar. Los demás tuvieron varios yerros y logros menores.
Pero, lástima Margarito, no todo se repite y los copiones no aciertan, aunque cada quien escribe su historia.
La novedad es que hay alguien que habrá sido una mala copia de otros y quedará como un lejano imitador del antepasado.