Y las Autoridades Responsables y Coludidas…Calladas

*La Unanimidad en la SCJN Tras el Evidente Tráfico de Influencias Exhibido

*Sin Pruebas Para Acreditar Algún Ilícito Habían Actuado Contra un par de Féminas

*Tales Acontecimientos Decidieron la Suerte de dos Mujeres Acusadas

*Los Fiscales Gertz y Ernestina Godoy, Exhibidos al Mostrar las Irregularidades

*Sheinbaum También Expuesta por las Acciones Penales sin Elementos 

ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO

En una resolución poco común, la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó por unanimidad de sus integrantes conceder el amparo liso y llano declarando improcedente la orden de aprehensión girada en contra de Laura Moran Servín y ordenaron la inmediata libertad de Alejandra Cuevas Moran, quien se encontraba detenida desde hace más de quinientos días, derivado de un asunto familiar promovido por el Fiscal Alejandro Gertz Manero.

El asunto es emblemático, pues por las características de sus protagonistas al tratarse de personas socialmente relevantes y además destacadas por ocupar altos cargos en la vida pública del país, a la par de haber mediatizado el caso provocando trascendencia social, fue que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, hiciera uso de su facultad de atracción, lo que desencadenó una serie de circunstancias inéditas. 

Entre otras, la exhibición de grabaciones donde el Fiscal General en una llamada telefónica hace graves señalamientos que involucran tráfico de influencias ante el más alto tribunal del país, pues de no haber sido por esos acontecimientos, quien sabe cuál hubiera sido la suerte de esas dos mujeres.

Resulta importante además porque se describe la forma en que se maneja la justicia en el país. Se sabe que el caso se fraguó desde la Fiscalía de la Ciudad de México, a cargo de Ernestina Godoy, persona muy cercana y subordinada de facto a la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum. Ha sido duramente cuestionada con el asunto de la Línea 12 del metro, prácticamente sin resultados y, ahora ejerciendo acciones penales sin elementos, lo que hace presumir que se presta a actos irregulares.

También la jueza 67 que vinculo a proceso sin libertad a la señora Alejandra Cuevas, por delitos inexistentes y además como lo señalaron algunos Ministros, sin pruebas ni elementos para considerar acreditado algún ilícito, se convierte en responsable ya sea por negligencia, incapacidad o complicidad.

Ese proceder refleja una práctica común en la procuración y administración de la justicia, que a través del asunto que nos ocupa fue evidenciada por los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; las componendas, la complicidad y los arreglos en lo obscurito es lo que sale a relucir en el paradigmático caso.

Sobra decir que ninguna de las autoridades implicadas incluyendo a la Jefa de Gobierno, salieron a defender sus posturas, simplemente se quedaron en silencio ante la brutal embestida jurídica de que fueron objeto, ante el cúmulo de irregularidades y arbitrariedades cometidas en perjuicio de dos mujeres inocentes.

La trascendencia del asunto no puede quedar para el anecdotario, el daño causado a las personas imputadas debe repararse, sin embargo, la evidencia de la manera como se manejan los casos en el país, han revelado abiertamente la existencia de un modus operandi cuyas consecuencias son mayúsculas, si no se hubiesen dado la exposición mediática y dadas a conocer las grabaciones de las llamadas telefónicas, seguramente el asunto tendría otro destino.

Sin jueces no hay justicia y, sin justicia no existe armonía.

 

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