Del Ataque a Periodistas y Ambientalistas en Tecamac

A la Vuelta de la Esquina

IVAN RUIZ FLORES

Todo indica que Morena les dio manga ancha a los criminales organizados y que, por lo menos en Tecamac, Estado de México, donde gobierna Mariela Gutiérrez del Movimiento de Regeneración Nacional, la policía está al servicio de los delincuentes, quienes son protegidos en contra de los malvados periodistas y defensores del ambiente.

De los periodistas asesinados y desaparecidos (8 en lo que va de 2022, y 56 en el actual sexenio, aseguran oficilmente) se tiene información constante, pero de los ambientalistas se sabe menos, de tal manera que de acuerdo al Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) la situación de las personas defensoras de los derechos humanos ambientales exhibe que desde 2012 y hasta 2019 se habían registrado 83 asesinatos de defensores ambientales. 

Además, entre 2019 y 2020 sumaron 33 asesinatos, de acuerdo con el Informe sobre la situación de las personas defensoras de los derechos humanos ambientales en México 2020.

Y la última cifra, del año 2021, fue de 28 ambientalistas asesinados.

Y allá en Tecamac, amenazaron a ambos: a periodistas y ambientalistas.

Sí, específicamente en San Pablo, lugar que es otra zona de la República donde quedó demostrado que se puede violentar la norma porque la protección viene de arriba, bueno de arribita. Y todo porque periodistas de El Universal y activistas de la agrupación “Colectivo de los 12 Pueblos”, cometieron el grave pecado de trabajar en una investigación sobre la extracción del tepetate en el cerro Chicalco-Teconautla, en San Pablo Tecalco.

De acuerdo a la información publicada, tanto reporteros como ambientalistas fueron amenazados con armas largas advirtiéndoles que serían asesinados si volvían al cerro. Integrantes supuestamente de la policía también actuaron amagándolos con incinerarlos al mostrar un bidón de gasolina que dijeron usarían.

Ustedes se preguntarán si vale la pena tanta angustia por salvar a un cerro. Lo vale. Destruirlo es acabar con el sitio donde viven 10,000 personas aproximadamente (habitan en San Pablo, uno de los mayores poblados del municipio), ya que Tecámac está ubicado en un valle, a orillas de lo que alguna vez fue el lago de Xaltocan y, de acuerdo a los especialistas, “no cuenta con ningún sistema montañoso en la región del municipio, únicamente posee tres cerros aislados: el cerro de San Pablo (Tecalco) con una altitud de 2,570 metros sobre el nivel del mar; Xoloc con 2,470 metros y Colorado con 2,370 metros.

Y claro, para las compañías mineras, destructoras de cerros y lomas que contienen arena, grava y tepetate no es suficiente con el derribo de árboles de pirú, de los nopales y los magueyes, los órganos y las biznagas, girasoles, mirasoles, acahuales y nabos, sino que para lograr un páramo más en el país, hay que amenazar a los defensores.

Acabar con el hábitat de animales como conejos, liebres, ardillas y aves canoras, no significa nada hoy en México, después de que están arrasando la selva del sureste por construir un Tren que pudo haber tenido un recorrido distinto, sin afectaciones al medio ambiente, pero que desde la cúpula del país se decidió que debía cruzar por la selva… aunque la destruya.

Por cierto, allá por Tecámac también han encontrado huesos de Mamut. Este municipio, limita al norte con el estado de Hidalgo y el municipio de Temascalapa (en el Edomex); al sur con Ecatepec, Acolman y Coacalco; al oeste con Zumpango, Nextlalpan, Tonanitla, Tultitlan y Coacalco; al oeste con Temascalapa y Teotihuacan. Su distancia aproximada con la capital del estado, Toluca, es de 100 kilómetros.

San Pablo Tecalco es promovido turísticamente por su belleza. Sobre todo, por su parroquia en honor del apóstol, construida en 1538 por los franciscanos (apenas 19 años después de la Conquista), pero posteriormente quienes se hicieron cargo fueron los agustinos.

Los expertos exponen que su estilo es plateresco herreriano, con toque indígena en su portada e interiores, ya que la misma es de tres cuerpos. El primero, con un arco de medio punto que descansa sobre dos pilastras dóricas; la puerta de madera gruesa es de doble hoja, con sus cuarterones “de tope peinado”, dos columnas a los lados; el segundo cuerpo tiene una cornisa sencilla y el tercero está coronado por un frontón cerrado.

La celebración mayor en ese sitio es el 29 de junio, día de San Pedro y San Pablo.

El asunto es pues, también es que, con la destrucción del cerro, se destruirá, además un legado histórico.

 

 

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