La Cámara de Diputados de México ha instalado este miércoles un grupo de Amistad con Rusia en plena guerra de Rusia con con Ucrania. El acto fue promovido por el grupo parlamentario del Partido del Trabajo (PT), parte del bloque gobernante. El guiño del Legislativo mexicano hacia el Kremlin ha levantado polémica y ha desatado la indignación entre la oposición, no solo porque llega a un par de días de que se cumpla un mes de la invasión rusa, también porque la posición del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha sido condenar abiertamente la agresión de Moscú en el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Este evento ha sido muy cuestionado ya que se instalo la mesa de amistad bilateral que formó parte del discurso que ha pronunciado el embajador ruso en México, Víktor Koronelli, en la Cámara baja. “Este mecanismo es para nosotros una muestra de apoyo, solidaridad y amistad”, ha dicho Koronelli y ha agradecido que el gesto se haya producido “en estos tiempos complicados”. A partir de ahí, la versión rusa del conflicto, tildada de propaganda por todas las democracias occidentales, retumbó en las paredes del Congreso mexicano. La representación rusa ha insistido en la necesidad de “desnazificar” Ucrania, en justificar la mordaza impuesta a la prensa extranjera y local en Rusia, en reivindicar la anexión ilegal de la península de Crimea y la ocupación de las regiones de Lugansk y el Donbás, y en negar los crímenes de guerra cometidos contra civiles.
Comento el embajador que “Rusia no empezó esta guerra, la está terminando”, ha dicho Koronelli. “Nos hemos enfrentado a una guerra mediática sin precedentes”, ha agregado. En medio del festín ruso, el embajador siguió con la embestida contra Ucrania: ha asegurado que el Ejército ucranio “usa mujeres y niños como escudos humanos”, ha condenado “las noticias falsas” que imperan en Occidente y ha dicho que su país es presa de la “discriminación y odio racial”.
Alberto Anaya, diputado y líder del PT y presidente del grupo de amistad, no ha reparado en deshacerse en elogios para el embajador ruso. “Agradecemos la información tan pertinente que se nos da del conflicto en Ucrania”, ha dicho Anaya. Augusto Gómez, un veterano diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha recordado que de niño le enseñaron a cantar el himno de la Internacional Socialista y que el expresidente Lázaro Cárdenas recibió el premio Stalin de la Paz. Gómez ha aderezado su intervención condenando el “imperialismo” y agradeciendo al embajador ruso por representar a su “heroico pueblo” y por “iluminar el pensamiento” de los diputados mexicanos.
El embajador Koronelli ha dicho que la condena de México a la “operación militar especial” de su país, el eufemismo que utilizó el presidente Vladímir Putin al declarar la guerra, no iba a dañar la relación entre ambos países. “Respetamos la posición del Gobierno mexicano”, y comentó “Nuestra relación con México tiene un carácter estratégico y se basa en el respeto mutuo de intereses nacionales”, ha agregado. El representante diplomático ha agradecido también la decisión de México de no apoyar militarmente ni enviar armas a Ucrania.
Esto provoco la polémica que se encendió desde el martes por la noche, cuando las redes del Canal del Congreso publicaron un mensaje para la instalación del grupo de amistad. La intención original era instalarlo desde el pasado 14 de marzo, pero se pospuso “por prudencia” después de que el partido opositor Movimiento Ciudadano reclamara que suponía enviar una señal equivocada en medio de la guerra contra Ucrania y el aislamiento internacional de Rusia a raíz del conflicto. El consenso en la Junta de Coordinación Política (Jucopo), que agrupa a los representantes de todas las fuerzas políticas, fue que no era el momento adecuado. La alusión a la falta de prudencia vino de Ignacio Mier, el coordinador parlamentario de Morena, el partido de López Obrador. También apareció en las declaraciones del priista Rubén Moreira, el presidente de la Jucopo.