En el extranjero, piensan que Iztapalapa es una playa. Dice Lupita Mejía que es «porque tocamos música tropical y creen que somos de la costa, por el video que grabamos en Mérida, se imaginan que es parecido; en redes nos mandan comentarios que quieren venir a conocer Iztapalapa”. No, no hay playa en el barrio donde nacieron, pero, como dicen Los Ángeles Azules, de allá es “la gente guapa”.
Los hermanos Mejía Avante continúan celebrando sus 40 años de trayectoria y además de emprender una gira por Estados Unidos, anuncian el lanzamiento de un nuevo tema. “nos gusta sorprender al público”, dice a El Sol de México Jorge Mejía junto a sus hermanos momentos antes de ofrecer un concierto en el Auditorio Nacional, que los recibe por primera vez en dos años, con un aforo al cien por ciento. Y sold out, como ya es costumbre para los artistas originarios de Iztapalapa.
Actuarán en Rosemont, Milwaukee, Indianapolis, Newark, Reading y Mashantucket, con un repertorio antológico que celebra cuatro décadas de carrera que cumplieron en 2020 y por la pandemia, no festejaron con presentaciones en vivo.
“Desde 1980, que se grabó La cumbia del acordeón, hasta la fecha, tocamos de todo, La cumbia de la tostadita, que se grabó en el 84, Entrega de amor, que se grabó en el 93, lo que nos avala son las canciones de todos los discos, el estilo de cumbia que ha formado durante tantos años la agrupación”, agrega Jorge, uno de los hermanos Mejía que, por iniciativa de Marta Avante, su madre (qpd), se iniciaron en la música, a condición de estudiar una profesión alternativa.
Gracias a sus proyectos de duetos, han grabado en Cuba, Argentina y México con artistas locales, una fórmula que quizá amplíen a otros países. “El año pasado fuimos a Bolivia, nos pusieron a cantar con artistas de allá y todo salió bien”, relata Jorge Mejía.
Elías, conocido como el doctor (porque efectivamente es médico), reconoce que ya perdió la cuenta de los duetos que han grabado, “pero es por el bien de todos, ahora ya es como una moda en la música”, de la cual son pioneros desde que los representa la empresa Ocesa Seitrack.
“La esencia del grupo la trae mi hermano Pepillo en el cencerro”, bromea Jorge, y José, responde también en tono festivo, “nomás eso”. Aunque, aclara, la identidad de Los Ángeles Azules se debe a la inspiración de Jorge, “es el compositor de la mayoría de los temas del grupo, yo creo que esa es la esencia, lo romántico, los arreglos, todo el estilo que tiene él”.
Jorge añade: “La guacharaca que toca mi hermana Cris, lo que escribe el doctor, Alfredo, Lupita, todos tenemos una esencia musical y hablando de los metales, los hermanos Clavijo Díaz de Texcoco, ellos entraron en 1983 con nosotros y siempre han grabado en todos los discos, por eso el sonido de los metales es característico, Alfredo Clavijo le da ese sonido en la trompeta, así que igual que sonábamos en los 80, sonamos ahorita, porque no hemos cambiado los metales, también nosotros somos los mismos, nos acoplamos con la sinfónica, los Clavijo son músicos del Conservatorio Nacional, por eso no se rompe el sonido cuando tocamos con sinfónica”.
¿Y no se han cansado?, se les pregunta y responden al mismo tiempo que no. “Ya nomás llegamos a la casa casi a rastras, pero si nos dicen ‘hay tocada’, saltamos”, dice el doctor. Son muchos años de historia, agrega Jorge, “en 1980 grabamos por primera vez, pero viene de más atrás, de cuando éramos niños, mi mamá y mi papá hicieron el grupo, tocábamos en las fiestas de todos los barrios”.