La Invasión Rusa en Ucrania, Punta del Iceberg de la Confrontación Global

*Con Armas Nucleares Trasatlánticas

¿Cuántos Muertos más?

*Desde Ávila Camacho Hasta Salinas de

Gortari la Gélida Batalla

*Espionaje de Comunistas Floreció Antes

de la Primavera de Praga

*América Latina, el Apetitoso Manjar Para

el Regreso de Frialdad

NIDIA MARIN

Se llama GUERRA. Sea armada, nuclear o fría. Hoy, para desgracia de más de 7,800 millones de seres humanos en el mundo, alguna de la tercia pareciera estar latente y en manos de uno que otro irresponsable y enfermo de poder.

No, la disyuntiva no es óptima. 

La peor sería una guerra nuclear, si se toma en cuenta que en el mundo hay más de 30 centrales nucleares, de las cuales las más grandes, por ejemplo, están en Japón, (país en el cual existen 33 reactores); Canadá (con 19 reactores) Ucrania (la central de Zaporizhia, de la que acaban de apoderarse los rusos, aunque en ese país en total hay 15 reactores), Estados Unidos (nación que cuenta con 93 reactores); Francia (56), Rusia (con 38) Corea del Sur (con 24), China (50) e India (23). Prácticamente en la mayoría son para energía eléctrica.

Los demás no están mancos, también los tienen: España y Bélgica (con 7 reactores cada uno); Suecia, Alemania, República Checa y Pakistán, (con 6 por nación); Finlandia, Suiza, Hungría y Eslovaquia (con 4 cada uno); Argentina con 3 y hasta México tiene (son 2), igual que Sudáfrica, Rumania y Bulgaria. Además, Eslovenia, Países Bajos, Irán y Armenia tienen uno por nación.

Por continente, Europa es el que tiene más (con 181 rectores nucleares y 12 en construcción), seguido de Asia, América y África. De Oceanía lo desconocemos.

Sí, es posible que en una conflagración nuclear desaparezca el mundo. Es la triste realidad.

¿UN GUERRA MUNDIAL

  EN EL HORIZONTE?

También una guerra mundial podría devastar al orbe. Si en la primera sumaron 17 millones los muertos y 21 millones los heridos, mientras que en la segunda fueron 50 millones de fallecidos, 150 millones de heridos y 50 millones de migrantes, sólo hay que calcular lo que hoy sucedería en el caso de una Tercera Guerra Mundial.

En la Segunda, México participó tras el ataque de un submarino nazi en las costas de Florida, al buque “Potrero del Llano” de bandera mexicana, el 13 de mayo de 1942. El mandatario mexicano en aquel tiempo, el general Manuel Ávila Camacho, quien ya había roto relaciones con las potencias del Eje (vía su secretario de Relaciones Exteriores, Ezequiel Padilla) lanzó un reclamo a las potencias del eje a través del intermediario Suecia, para el pago de los estropicios. La respuesta fue otro ataque del submarino, ahora al buque Faja de Oro. Así, el primero de junio de 1942, México entró a la guerra, mediante el Escuadrón 201.

Y de acuerdo a la Historia, el 21 de julio de 1944, en un zócalo a reventar, el pueblo se despidió de los combatientes. El soldado Ángel Cabo Bocanegra del Castillo dijo:

“Mi presidente…, solicito que una escuela sea construida en mi pueblo natal de Tepoztlán, Morelos, ya que me da usted esta oportunidad de pagarla con mi sangre”.

De tal manera que los 30 mejores pilotos seleccionados se fueron a la Guerra del Pacífico, a combatir como Escuadrón Águila Azteca, en contra de Japón que ya tenía posiciones en Formosa y Filipinas. De aquellos valientes, cinco pilotos murieron. Aseguran que el escuadrón logró la baja de 30,000 enemigos de aquel tiempo.

Afirma la Secretaría de la Defensa Nacional que las operaciones del Escuadrón Aéreo 201 se realizaron durante los meses de junio a agosto de 1945. La mayoría de las misiones fueron de apoyo a fuerzas de tierra a bordo de aviones Thunderbolt P-47 y se realizaron misiones de: barrido aéreo, interdicción y de escolta de convoy naval en el área del suroeste del Pacífico. La unidad también voló misiones de traslado de aeronaves en zona de combate.

Mientras tanto, la Segunda Guerra Mundial declinaba. A las 2:41 horas de la mañana del 7 de mayo en el Cuartel Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada en Reims (Francia) el jefe del Estado Mayor del Alto Mando de las Fuerzas Armadas alemanas, el general Alfred Jodl, firmó el acta de rendición incondicional para todo el ejército germano ante los Aliados. Jodl fue ejecutado meses después tras los juicios de Núremberg.

Al mes siguiente, el 5 de junio, las cuatro potencias (Estados Unidos, URSS, Francia e Inglaterra, entonces participando juntas) firmaron el “Documento de Berlín” que ataba a Alemania, durante los 4 años siguientes, a un gobierno militar de vencedores que supuso el reparto del país. Con la división de Alemania se perfilaba la división de Europa y el comienzo de la Guerra Fría.

Sí, esa. Sólo nos queda la Guerra Fría. Pero si estallara la actual (sería la segunda del siglo XX y lo que va del XXI). Aquella, la primera, tampoco estuvo exenta de sangre. Y hubo conflictos armados. Por ejemplo, la Guerra de Corea, desarrollada entre el 25 de junio de 1950 y el 27 de julio de 1953, luego de que las potencias bélicas se habían repartido la península. Enfrentó por un lado a China y la Unión Soviética, así como al Pacto de Varsovia en apoyo a Corea del Norte, con más de dos millones de soldados. Mientras, a Corea del Sur la respaldaron 16 naciones aliadas, encabezadas por Estados Unidos, con poco menos de un millón y medio de combatientes. No ganó nadie, pero hubo en total un millón 400,000 muertos.

La otra guerra fue la de Vietnam. Como escribió (y publicó la Comisión de Derechos Humanos), Pham Thanh Cong, sobreviviente de la masacre de My Lai, tras diez años de permanencia y combates, el 29 de marzo de 1973, Estados Unidos completó la retirada de los últimos 4.300 soldados norteamericanos que combatieron en Vietnam: 

“Aquel día se celebró en Saigón la ceremonia de retirada de la bandera estadounidense como símbolo del fin de la presencia militar americana en Vietnam. Debido a que la participación en la guerra se reveló como cruel e interminable, dividió a la opinión pública norteamericana y esto sirvió como base para el nacimiento de un movimiento pacifista entre la sociedad civil. Lo anterior debido a que el saldo en vidas de esta guerra fue de 500.000 civiles y 200.000 soldados vietnamitas por 57.000 soldados norteamericanos.

La Guerra de Vietnam comenzó en la década de 1960, se tuvo por protagonistas, por un lado, a la República de Vietnam o Vietnam del Sur, y su aliado Estados Unidos. En contraposición, el Ejército de la República Democrática de Vietnam o Vietnam del Norte, aliado con el Frente Nacional de Liberación de Vietnam o Viet Cong, y respaldados por la República Popular China y la Unión Soviética. Como causa principal del conflicto encontramos que fue la de intentar derrocar el gobierno de Vietnam de Sur. Esta era la pretensión de algunas guerrillas comunistas de esta zona como el Vietcong o el Frente de Liberación Nacional. Este intento de golpe de estado fue apoyado por Vietnam del Norte, y derivó en una guerra entre ambos países. El objetivo era crear un único país comunista que fuese aliado de China y la URSS”.

Hubo otras en ese lapso: Grecia, Afganistán, Líbano, Angola, Pakistán, Del Golfo. Sí, se repartieron el mundo. Así, por ejemplo, Alemania (perdedora de la Segunda Guerra) fue dividida en dos por un muro. Tras una parte estaba la Federal, partidaria de Estados Unidos y del otro lado la Democrática, afín a la Unión Soviética. ¿Y los ciudadanos? Miles forzados a permanecer en lugares en los que no querían vivir y de remate familas repartidas en amos lados. ¡Ufff!

Otra más fue la Primavera de Praga que, como dijera Daniela Spenser del CIESAS “fue un movimiento que buscó modificar progresivamente los aspectos totalitarios y burocráticos que el régimen soviético tenía en este país y avanzar hacia una forma no totalitaria de socialismo, al legalizar la existencia de múltiples partidos políticos y sindicatos, promoviendo la libertad de prensa, de expresión, el derecho a huelga”. 

Ella precisó: “El movimiento acabó en agosto de 1968, cuando las tropas de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y sus aliados del Pacto de Varsovia invadieron Checoslovaquia y pusieron fin al proceso de apertura política”.

En el mundo, en los años de Guerra Fría, en los cinco continentes varios países tuvieron conflictos, fueran territoriales o de confrontaciones entre políticos o por límites o por múltiples motivos. Las potencias entregaban armas a diestra y siniestra, proporcionaban entrenamiento a los locales, también exigían información (había espionaje). Y el denominado tercer mundo era uno de los conejillos.

De 1952 a 1954 Estados Unidos firmó pactos de ayuda a la defensa mutua con 10 países latinoamericanos: Ecuador, Cuba, Colombia, Perú, Chile, Brasil, República Dominicana, Uruguay, Nicaragua y Honduras…

Hay que hacer notar que en aquel tiempo nacieron la CIA y la KGB. La primera en 1947, a instancias del presidente Truman y la segunda en 1954, impulsada a la muerte de Stalin por el asesino Lavrenti Beria, Jefe de la Policía Secreta. Ambas trabajaban casi en los mismos países, donde también hubo conflictos. 

En el caso de América Latina, el impacto de la Guerra Fría fue tremendo: rebeliones, confrontaciones entre naciones, golpes de estado, violencia política, por ejemplo: Honduras vs El Salvador, Perú vs Chile, Argentina vs Reino Unido; guerra en Nicaragua, guerra en El Salvador; “El Bogotazo”, en Colombia; golpe de estado en Granada; Revolución Cubana, Guerra del Futbol (Honduras vs El Salvador 1969).

También guerrillas, autoritarismo, dictaduras como los Somoza, (en Nicaragua); Papa Doc, (en Haití); Torrijos (en Panamá); Hugo Banzer, (en Bolivia); Joao Baptista Figuereido (en Brasil); Gustavo Rojas Pinilla, (en Colombia); Fulgencio Batista (en Cuba); Guillermo Rodríguez Lara (en Ecuador); Carlos Castillo Armas (en Guatemala); Alfredo Stroessner (en Paraguay); Rafael Leónidas Trujillo (en Dominicana); Juan María Bordaberry (en Uruguay); Marcos Pérez Jiménez (en Venezuela); Juan Carlos Onganía, Marcelo Levingston y Alejandro Agustín Lanusse (en Argentina); Augusto Pinochet (en Chile) y muchos más.

Y qué decir de los golpes de Estado. Estuvieron a la orden del día. como en Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, así como la “Guerra Sucia” y ¡claro está!, en México el 68 con sus muertos y heridos en Tlatelolco. ¿O hay alguien que pueda decir que era un movimiento sin intervenciones del extranjero?

Sí, una de las arenas de lucha entre las potencias en ese periodo fue México. Para entonces ya había ocurrido el Mayo en Francia, donde los jóvenes exclamaban ¡La imaginación al poder! ¡Tomemos el cielo por asalto!” Eran aquellos que siguiendo el ejemplo de aquellos que el 3 de Mayo de 1968 en la Universidad de Nanterre, ubicada a 11 km de París y en el corazón de un barrio obrero, se movilizaron hacia la Universidad de La Sorbona, la más prestigiosa de Francia, quienes clamaban: “La humanidad será feliz cuando el último burócrata sea colgado con las tripas del último capitalista”. El movimiento el 10 de mayo, en el emblemático Barrio Latino se llevó a cabo la denominada “Noche de las Barricadas” y los manifestantes fueron reprimidos violentamente por la Compañía Republicana de Seguridad por lo que los estudiantes respondieron con lanzando adoquines. Y el conflicto se extendió hacia las centrales obreras.

México, cinco meses después, en octubre tendría su propio movimiento estudiantil con los saldos que ya se conocen.

Por un lado, la vecindad con Estados Unidos y por el otro el triunfo de la Revolución Cubana, se tradujeron, además, en la proliferación de las guerrillas, por ejemplo: el Movimiento Armado Revolucionario, la Liga Comunista 23 de Septiembre, los Enfermos, las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo, el Frente Urbano Zapatista, los Comandos Armados de Chihuahua, Unión del Pueblo (antecedente de Procup y EPR) y las Fuerzas de Liberación Nacional, el EZLN.

De acuerdo a un informe de la CIA (escribió María del Carmen Collado Herrera del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, en su trabajo “La guerra fría, el movimiento estudiantil de 1968 y el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. La mirada de las agencias de seguridad de Estados Unidos”):

Más adelante, el informe señalaba que México era un punto de tránsito importante entre Cuba y Latinoamérica y era “La Meca” de los comunistas centroamericanos y otros exiliados políticos. Por su geografía, su tolerancia política y la facilidad para contrabandear armas se le consideraba una base relevante de actividad subversiva. 

“Las embajadas comunistas en México (soviética, polaca, checa, yugoslava y cubana) evidentemente desempeñan un papel muy importante en conducir esta subversión, incluyendo la actividad dirigida contra los intereses de seguridad de Estados Unidos”. 

Pero, aseguran los especialistas, tanto los cubanos como los integrantes del bloque comunista apoyaban la sedición desde sus embajadas en contra de Estados Unidos y otros países, pero no contra México para no provocar la irritación del régimen y la limitación a sus actividades de espionaje. Según sus cálculos, el Partido Comunista Mexicano (PCM) tenía pocos militantes y era débil, por lo que su potencial revolucionario era muy limitado. Si durante el régimen de López Mateos la preocupación estadunidense rondó la idea de limitar el avance de las izquierdas en el país, con la llegada de su sucesor quedó en claro que las dos administraciones compartían su rechazo al comunismo”. 

LA GUERRA FRÍA Y LOS 44 

AÑOS DEL SIGLO PASADO 

México durante los años de Guerra Fría tuvo 10 presidentes, con sus respectivos secretarios de Relaciones Exteriores:

-Manuel Ávila Camacho en los tres últimos meses de su mandato (Ezequiel Padilla Peñaloza 1940-1945 y Francisco Castillo Nájera (1945-1946). Este último fue quien, a instancias de Estados Unidos, convocó a la Conferencia de Chapultepec, en la Ciudad de México, del 21 de febrero al 8 de marzo de 1945 a los países latinoamericanos para analizar y coordinar sus posiciones ante la proximidad de la Conferencia de San Francisco, misma que trataba los problemas interamericanos sobre la guerra y de la paz; participaron todos los países americanos con excepción de Argentina. En esa reunión se confirmó que Estados Unidos dejaba atrás su tradicional aislacionismo para convertirse en el principal actor de la política mundial, con una clara vocación universalista en defensa de sus intereses en una nueva era. 

-Miguel Alemán Valdés (Jaime Torres Bodet 1946-1948 y Manuel Tello Barraud 1948-1952), tiempo en el que se restablecieron relaciones diplomáticas con Etiopía, Finlandia, Siria, Irak, Yugoslavia e India, y se reanudaron relaciones oficiales con Alemania y Japón.

-Adolfo Ruiz Cortines (Luís Padilla Nervo 1952-1958); periodo en el que México se opuso a la invasión de Estados Unidos a Guatemala. Además, de 1952 a 1954 Estados Unidos firmó pactos de ayuda a la defensa mutua con 10 países latinoamericanos: Ecuador, Cuba, Colombia, Perú, Chile, Brasil, República Dominicana, Uruguay, Nicaragua y Honduras… No con México.

– Adolfo López Mateos (Manuel Tello Barraud 1958–1964); sexenio en el cual hubo cierta tranquilidad en la política exterior ya que los conflictos de Corea e Indochina habían terminado y el presidente Charles de Gaulle había hecho que abortara la guerra civil en Francia, mientras Fidel Castro estaba a punto de derrocar a Batista e iniciar lo que después sería una dictadura familiar.

-Gustavo Díaz Ordaz (Antonio Carrillo Flores (1958-1964). En esta etapa se iniciaron las negociaciones con Estados Unidos para el retorno al patrimonio de la República Mexicana de “El Chamizal”; además, México colaboró para el cese de la guerra de Honduras vs El Salvador y apoyó las reformas para las 12 millas del mar territorial, al tiempo que México renunció a sus derechos sobre Belice y se aprobó en primera instancia el Tratado de Tlatelolco.

-Luis Echeverría Álvarez (Emilio O. Rabasa 1970-1975 y Alfonso García Robles 1975-1976). Se registró uno de los sexenios de mayor actividad internacional con una serie de celebraciones diversas en México, así como firmas de cartas y tratados, además de que, en 1975 por ejemplo, Manuel Tello Macías recordó las palabras de don Alfonso García Robles quien había hablado en Naciones Unidas de la importancia crucial de resaltar la lucha mexicana para evitar que España fuera admitida como miembro de la ONU, durante la dictadura de Franco y el apoyo al republicanismo. Después, el michoacano llegaría a ser titular y años más tarde Premio Nobel de la Paz

-José López Portillo (Santiago Roel 1976-1979 y Jorge Castañeda Álvarez de la Rosa (1979-1982). A los dos les tocó restaurar la lesionada relación con Estados Unidos durante el mandato del anterior presidente. Independientemente del gran trabajo realizado en política exterior por el secretario de Castañeda Álvarez de la Rosa, previamente el anterior titular cumplió las instrucciones del mandatario y envió muy lejos al ex presidente Echeverría. Primero embajador sin sede fija, después ante la UNESCO y por último a las idlas Fiji. Además, hubo acuerdos con James Carter sobre el gas natural.

-Miguel de la Madrid Hurtado (Bernardo Sepúlveda Amor (1982-1988), fue la etapa donde México perteneció al Grupo Contadora para la resolución de conflictos, también al Grupo de los Seis -Argentina, Grecia, India, Suecia, Tanzania y México- para impulsar la prohibición de las armas nucleares; además de oponerse a la Ley Simpson Rodino y también en México cumplir con la norma establecida por el Senado de que el titular de la SRE compareciera ante el Senado y acatar en la modificación del artículo 89 constitucional los principios rectores de la política exterior de México: no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de controversias, proscripción a la amenaza del uso de la fuerza en las relaciones internacionales, igualdad jurídica entre los Estados, cooperación para el desarrollo y seguridad internacional.

-Carlos Salinas de Gortari (Fernando Solana Morales 1988-1993). Y fue precisamente en esa etapa cuando concluyó la Guerra Fría, con la desaparición de la Unión Soviética y la caída del Muro de Berlín, así como la unificación alemana.

Hoy, 33 años después el mundo está en vilo, ante las agresiones de Rusia y la actitud agresiva y dictatorial de mandatario. 

La Segunda Guerra Fría (¿o tercera?), que según internacionalistas y analistas es la que está en puerta en 2022 causaría también miles o tal vez millones de muertos en el mundo.

Tras los ataques de Rusia a Ucrania hoy también se analiza la posibilidad de que se realice una nueva Guerra Fría que, para nuestra desgracia, estaría cargada de violencia en todo el mundo.

 

    

 

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