Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Utilizar “toda la fuerza del Estado” por una resolución que peca de decir la verdad, es un exceso. Ojalá y fuera usada para salvaguardar la vida de miles de personas que han sido ejecutadas, con o sin razón, por los criminales que han encontrado en este gobierno abrazos frente a los balazos que ellos disparan. Y no son de calibres pequeños. Hasta misiles cargados en drones, estallan en poblaciones sometidas ante la ausencia de autoridad.
Entiendo, porque lo hemos vivido todos los mexicanos, que en posturas incomodas del gobierno en turno, sus adláteres salgan a “defender a la patria” y las políticas que el Jefe del Estado lleva a cabo. Decir que sorprende el llamado “cierre de filas” para cobijar al mandatario en funciones, sería faltar a la verdad.
Sin embargo, hay formas de responder a lo que, sin serlo, se considera una “ofensa, un injerencismo y un intervencionismo” y mostrar altura de miras para no caer en las vulgaridades y frases comunes que, en México dicen todo y no dicen nada.
Salir con torpezas interpretativas y acusar a los eurodiputados de poner la mirada en el país por la reforma energética en curso y que no se aprobará mañana, es pasarse de listos, confundir al ciudadano y establecer un cerco, como el colocado alrededor de Palacio Nacional frene a eventos que “lastiman la investidura presidencial” resulta una obra teatral de barrio.
El comunicado, la nueva forma de manifestar opiniones, firmado por los y las gobernadoras de Morena en contra de la resolución emitida por los eurodiputados, que muchos compartimos porque vemos la realidad, pone de manifiesto que están decididos, con los ojos vendados, a desconocer a sus electores y usarlos como moneda de cambio para cerrar filas en algo que no tiene fisuras, sino palabras insolentes.
Nadie don dos dedos de frente supondría que los legisladores europeos, que conformar el Parlamento, pretenden “reconquistar a México”.
Los y las gobernadoras, no advierten que estamos conquistados por las grandes marcas que se apoderaron del mercado nacional. Por las poderosas empresas que operan y generan miles de empleos, bien pagados. Por los inversionistas, sobre todo extranjeros, que poseen el 80 por ciento de los bonos gubernamentales y llevan los primeros lugares en las bolsas de valores. Los bancos son globales y sus matrices no están en el país. La inversión extranjera directa que tanto presume el presidente y su gabinete, no representa los intereses nacionales.
Ahí está la reconquista de México sin disparar un mosquetón.
Sin saber quien lleva la voz cantante entre los 17 gobernadores, es claro que no meditan lo que proclaman. Falso que ahora haya libertad de prensa como nunca. Falso que gobernadores y legisladores de Morena procuren atender a sus gobernados. Baste revisar cómo están violencia, homicidios dolosos, presencia del crimen organizado, narcotráfico, desempleo, carencia de fármacos en sus estados.
¿Les molesta que en Europa observen la ineficacia del gobierno federal para atender los graves problemas que vivimos?
Minimizar la muerte de 7 no 5 periodistas en solamente dos meses y 12 días, es decirnos a todos que no importamos más que un dolor de muelas presidencial.
Que digas en que país del mundo, que no tenga una guerra declarada formalmente, asesinan a tantos periodistas. Con datos reales, no con los otros.
Usar toda “la fuerza del Estado” para defender el contenido del panfleto presidencial, es un abuso de poder y un nuevo engaño, otro distractor del huésped temporal de Palacio Nacional.
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