Funcionarios estadunidenses en conversaciones con el presidente venezolano Nicolás Maduro exigieron que al menos una parte de las exportaciones petroleras que se podrían autorizar como exención a las sanciones sobre el país socio de la OPEP sean enviadas a Estados Unidos, dijeron dos fuentes cercanas al asunto.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prohibió este martes las importaciones estadunidenses de petróleo ruso en represalia por la invasión de Ucrania, aumentando la presión económica sobre un aliado clave de Venezuela.
Los diplomáticos estadunidenses han trabajado para encontrar suministros de energía en todo el mundo que puedan ayudar a compensar la interrupción de las exportaciones rusas de petróleo y gas causadas por las sanciones o la guerra.
Funcionarios estadunidenses se reunieron el sábado con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en Caracas para las primeras conversaciones bilaterales en años.
Venezuela ha estado bajo sanciones petroleras de Estados Unidos desde 2019 y podría ahora retomar rutas para su crudo si se levantaran esas restricciones.
El requisito de enviar barriles venezolanos a Estados Unidos podría beneficiar en primer lugar a Chevron Corp, que busca luz verde por parte de la estatal venezolana PDVSA y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos para recobrar deuda pendiente mediante el comercio de petróleo venezolano a través de una licencia renovada, según las fuentes.
La licencia de Chevron para operar en Venezuela, que se otorgó en 2019 cuando Washington impuso sanciones al comercio de petróleo venezolano para presionar a Maduro, expirará en junio.
La compañía ha solicitado varias veces que se ajusten los términos del permiso para cobrar cientos de millones de dólares en deuda y dividendos pendientes de sus empresas mixtas con PDVSA.
Durante la reunión del sábado, se avanzó poco después de que las partes presentaran demandas «maximalistas», incluidas las principales que el líder opositor Juan Guaidó ha puesto sobre la mesa en diálogos anteriores: elecciones presidenciales libres y transparentes, y la liberación de todos los presos políticos. Maduro solicitó el levantamiento de todas las sanciones.
Pero en esta reunión, las primeras conversaciones bilaterales de alto nivel en años, se discutieron medidas inmediatas más prácticas para el sector petrolero.
Entre esas medidas están: permitir que el petróleo venezolano regrese a mercados de consumo afectados por las interrupciones del suministro ruso, crear una alternativa temporal para que PDVSA pueda usar el sistema SWIFT para transferencias bancarias internacionales y la liberación de al menos dos de nueve prisioneros estadounidenses.
El Departamento de Estado de Estados Unidos y PDVSA no respondieron a las solicitudes de comentarios. Chevron no comentó de inmediato.
Chevron Corp, el último productor de petróleo estadunidense que aún opera en Venezuela, podría ser el primer beneficiario si se llega a un acuerdo con la administración de Maduro. A Chevron se le ha prohibido enviar petróleo venezolano desde sus empresas conjuntas desde 2020 y ha presionado para anular la prohibición.
La reunión provocó fuertes reacciones en el Congreso de Estados Unidos, donde el senador de Nueva Jersey, Robert Menéndez, y otros legisladores estadounidenses criticaron el acercamiento a Maduro, quien está bajo sanciones de Estados Unidos por abusos a los derechos humanos.
El encuentro entre funcionarios de Estados Unidos y Venezuela se produce cuando el salvavidas financiero que tiene Caracas en Rusia se desgasta bajo las sanciones a Moscú, especialmente golpeando las cuentas de Venezuela en bancos rusos que han sido añadidos a la lista negra de Washington.
Los precios del petróleo subieron otro 5% el martes luego de que Estados Unidos prohibiera las importaciones de petróleo ruso, que promediaron 670 mil barriles por día en 2021, y Gran Bretaña dijo que las eliminará gradualmente para fin de año.
Venezuela, cuya empresa estatal apenas fue capaz de detener la caída libre de sus exportaciones a un promedio de 636 mil bpd el año pasado, ha dicho que puede impulsar la producción y las exportaciones, pero analistas creen que hay poco espacio para nuevos aumentos sin una inyección masiva de capital.