Otra Modesta Propuesta: Larga Vida al Dataismo

CARLOS BORTONI

Se antoja difícil negar que los datos son el nuevo oro. O… si vive en una república petróleo dependiente que todo lo entiende y compara con el crudo… los datos son el nuevo petróleo. Es decir… utilizar los datos como fuente de inteligencia que permita realizar inversiones adecuadas… una explotación correcta de los recursos o un manejo maniqueo de la población… garantiza la generación de riqueza y la conservación del poder público ¿Para qué? Para generar riqueza privada. El principal atractivo del petróleo binario radica en que el dato no es narrativo… no tiene sentido… es estrictamente aditivo… se acumulan los unos sobre los otros sin interpretación alguna. Mejor dicho… a la espera de una interpretación —la que sea… todo cabe donde no hay sentido— que los inserte en una narrativa qué… brillantemente… se apoye en dicho dato para legitimarse. En pocas palabras: la virtud del dato descansa en la posibilidad de crear un discurso que le dé sentido al dato y cuyo sustento sea ese dato que carecía de sentido antes del discurso. Posibilitando que los hechos se acomoden al discurso y no el discurso a los hechos. La realidad delimitada por la ficción con una apariencia de veracidad.

Sirvan algunos ejemplos para mostrar los beneficios de insertar los datos en una narrativa para justificar esa narrativa: los videos donde entregan un sobre (aparentemente con dinero) a Pío López… el comentario de AMLO donde afirma que la venta de niñas en Guerrero no es la regla… pero se combatirá… los recortes a distintas dependencias de gobierno y el reciente “ya no puedo más” de AMLO. Todo ello… mostrado como dato… como un hecho aislado de todo contexto… permite construir un discurso (cualquier discurso) que beneficie la causa de preservar lo intocable… de ocultar los intereses que honorablemente buscan beneficiar aquella democracia antidemocrática. No hace falta decir… mucho menos investigar de donde sale el dinero que recibe Pío… basta con sugerir que es algo corrupto… sobre las afirmaciones de López Obrador… omitiendo algunas palabras se puede jugar con la idea de que el presidente aprueba la venta de niñas y que está a punto de renunciar al gobierno… ¿para que poner la nota completa si eso no alimenta la confusión? Y sobre el presupuesto… ¿hace falta decir algo? Solo hay que mencionar que se recortó en la Secretaría de Cultura —sin explicar el por qué o el cómo— para que aquellos defensores de la cultura que jamás han participado de ella… ni siquiera como consumidores… pongan el grito en el cielo… se rasguen las ropas denuncien a la CuatroTe de traicionar aquello que juró defender. El dato… fuera de contexto… como un elemento aditivo… abona a la construcción de cualquier narrativa con la ventaja de ofrecerle un halo incuestionable: “¡Ahí están los videos!” dirán como argumento irrefutable los Chumel Torres de nuestra sociedad.

Cuando sucede lo contrario… cuando alguien se empeña en contradecir el dato o en presentar el contexto en torno a esa narrativa dataista… no hace falta más que descalificarlo y remitirse al dato crudo para aniquilar su argumentación: así lo mostró recientemente León Krauze en su noticiero de Univisión cuando el sujeto entrevistado confirmó que la OTAN tenía tropas en Ucrania… Krauze lo llamó mentiroso en repetidas ocasiones y se negó a discutir el tema más allá del dato: Rusia invadió Ucrania. Así también lo hizo la embajada ucraniana en México cuando… molesta por lo dicho por un periodista mexicano… le preguntó si Rusia le estaba pagando con rublos o con tamales… nada resuelve una discusión tan pronto como denigrar a la contraparte. E incluso… cuando la descalificación no es suficiente… siempre se cuenta con la censura —como pasa con Russia Today y Sputnik— o la maravilla del silencio… recordemos el nulo eco que los medios han hecho en torno al tema del ministro Zaldivar y la Guarderia ABC… o las pelotas con billetes pegados a ellas que misteriosamente salieron proyectadas de las manos de la alcaldesa Sandra Cuevas.

El dataismo permite abusar e ignorar un dato a la vez… para mantener el discurso público centrado en lo que se debe centrar: garantizar la continuidad de un sistema diseñado para preservar la inmovilidad. A quien ponga esto en duda… lo invito a asomar la cabeza en cualquier medio de comunicación y preguntarse si la argumentación en él expuesta podría sostenerse si no se apoyara en los datos que se apoya… y ―al mismo tiempo― si esos datos dicen por si solos aquello que argumentan sus expositores. El arte de manipular la realidad para que se ajuste a nuestras necesidades descansa en esos datos sin los cuales resultaría inviable el debate público.

Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las Gracias no es Suficiente.

@_bortoni

 

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