La Casa Blanca dijo el lunes que una delegación estadounidense sostuvo conversaciones el fin de semana en Venezuela con el gobierno de Nicolás Maduro, y que el suministro de energía estuvo sobre la mesa, mientras Washington busca formas de reducir sus importaciones de petróleo ruso.
«El propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética», declaró a periodistas la portavoz del gobierno de Joe Biden, Jen Psaki.
Agregó que la delegación también habló sobre la situación de ciudadanos y residentes estadounidenses detenidos por el gobierno de Maduro, entre los cuales hay seis ejecutivos de Citgo arrestados en Venezuela en 2017. Pero enfatizó que las conversaciones sobre energía y el destino de los detenidos son «conversaciones separadas».
«Hubo una discusión que tuvieron los miembros de la administración en el transcurso de los últimos días», señaló la vocera. «Y parte de nuestro enfoque también está en la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses detenidos».
Estados Unidos y Venezuela rompieron relaciones diplomáticas a principios de 2019, luego de que Maduro asumió un segundo mandato en elecciones ampliamente cuestionadas. Washington reconoció entonces al líder opositor Juan Guaidó, presidente del Legislativo, como única autoridad legítima, e impuso una batería de sanciones a Caracas en pos de forzar la salida de Maduro.
Las medidas incluyen un embargo vigente desde abril de 2019 que impide a Venezuela negociar su crudo -que representaba 96% de los ingresos del país- en el mercado estadounidense.
Desde entonces, Maduro recibió un fuerte apoyo de Rusia para poder seguir exportando petróleo a pesar de las sanciones de Estados Unidos.
Según el Times, la actual visita a Caracas de altos funcionarios del Departamento de Estado y la Casa Blanca responde al supuesto interés de Washington de poder reemplazar parte del petróleo que le compra actualmente a Rusia con el que dejó de comprarle a Venezuela.