*13 Años Después “Denuncia” Arturo Zaldívar, la Injerencia de Felipe Calderón
*Una “Historia” que se Queda en el Limbo: ¿Cómo fue la Operación de Estado?
*La Salida de Luis María Aguilar le Dará el Control al Presidente Andrés Manuel
ALBERTO ALMAZÁN
En la presentación de su libro “10 Años de derechos. Autobiografía jurisprudencial” y fuera de contexto, el presidente de la Corte, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, decidió “contar una historia”: la de la operación de Estado para cubrir a los familiares de Margarita Zavala, propietarios de la Guardería ABC, en la que murieron quemados 49 niños y 106 resultaron heridos. Los menores tenían 5 meses a 5 años de edad. Una tragedia que conmovió no solamente a los padres, a las madres, sino a todos los sonorenses y a todo el país llegando hasta las primeras planas de los diarios de casi todo el mundo, en los espacios noticiosos de cadenas televisivas y en internet.
Una tragedia de la que nadie de los altos mandos políticos, recibió castigo alguno.
A 13 años de distancia, el ministro presidente de la Corte, habla del tema de manera improvisada -no leyó ningún documento- y afirma que el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, con quien se entrevistó para abordar lo que sería su proyecto para discutirlo con sus pares, le dijo “en eso no te apoyaremos” a lo que respondió: “Dile al presidente (Felipe Calderón) que propuso a un ministro de la Corte, o a un secretario de Estado”.
En el audio que se conoció ayer, no precisa cómo fue la “operación de Estado” para proteger a los familiares de la esposa del presidente.
El libro que presentó, contiene 10 páginas explicando el tema y, sin embargo, jamás utiliza las palabras “operación de Estado”.
No queda nada claro que haya existido si de Gobernación le negaron el apoyo para su proyecto de sentencia y él recurrió a la dignidad y ejercicio su libertad.
¿Dónde, cuándo y cómo se tejió la operación de Estado?
Es lamentable que, a 13 años de los dantescos hechos, el ahora presidente de la Corte, líder de uno de los Tres Poderes de la Unión, salga a contar una “historia”.
Se entiende que desde el edificio contiguo se mantenga el rencor, el odio, el hambre de venganza por lo que pasó hace 15 años, cuando presuntamente, porque la legalidad dice que no, le robaron la elección presidencial. Se entiende que en momentos críticos para el presidente de la República se busque tender las conocidas cortinas de humo a través de “voceros oficiosos”.
Quizá Zaldívar lo entienda. Su cercanía con el presidente de la República es pública y manifiesta. Sin embargo, parece olvidar que la Suprema Corte de Justicia de la Nación de actuar con rectitud, algo difícil de lograr, porque es, primigeniamente, garante de la Constitucionalidad.
Un ministro presidente de la Corte representa la legalidad. Su trabajo no es estar bajo los reflectores para dar a conocer “una historia” que, quiérase o no, afecta el trabajo de los pares del hoy cabeza del Poder Judicial de la Federación.
Ya es conocido que tiene la intención de llevar a cabo la jubilación adelantada del ministro Luis María Aguilar, su antecesor en el cargo. ¿Qué significaría jubilarse o ser encarcelado? Se menciona que podría (o ya fue) ser acusado por desvío de recursos públicos.
Lo que significaría es la sumisión plena del Poder Judicial de la Federación, porque a la salida de otro ministro, el presidente está obligado a presentar una terna para llenar la plaza, lo que le daría ¡5 de 11 ministros”
Y en esta horadación de la dignidad de la Corte, colabora Arturo Zaldívar.
¿Será acaso que olvidó su protesta de cumplir y hacer cumplir la Constitución?
Darle oportunidad al presidente de la República de tener el control real del Poder Judicial de la Federación, justamente cuando vive las crisis en todos los ámbitos, incluyendo el familiar, es entregar los TRES PODERES DE LA UNIÓN EN UN SOLO INDIVIDUO.
Zaldívar mintió al contar “una historia” y con ello levantó un muro de contención que protege al presidente de la República y, junto con la “ayuda” que le brindan sus lacayos legisladores, conseguiría lo que ha buscado desde siempre: ser el autócrata, que no demócrata, que tenga a sus pies el control total del país.
De suyo, violenta cotidianamente la Constitución -que también protestó guardar y hacer guardar- y genera el ambiente propicio para enlodar a quien le venga en gana, acusar a quien le caiga mal, intentar doblegar a los poderosos y enfrentar el desprecio de decenas de naciones por sus actitudes al nombrar embajadores y cónsules a personas prácticamente non gratas.
Ha negado que el Ejecutivo sea el “poder de los poderes” como “era antes”.
Es verdad, tiempo atrás había influencia de la Presencia en los otros poderes… pero se hacia de manera discreta, sin alterar ni afectar su funcionamiento.
Y Zaldívar está sepultando la independencia de un Poder federal.
¿Hasta dónde llegará para satisfacer las ambiciones presidenciales?
Por el hoy poderoso ministro presidente se va, termina su gestión, en 2024 y, salvo que Andrés Manuel López se mantenga en el cargo sin ejercicio de reelección, tendría alguna “chamba”. De lo contrario, pasará a la historia no por el trabajo realizado, sino por sus acciones en contra de la INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL FEDERAL.