Las voces de Janett Arceo y Rubén Zepeda se escucharon en las bocinas del Teatro de la Ciudad «Esperanza Iris», dando la bienvenida al público a la conmemoración de los 50 años del Festival OTI, como si se tratara de una edición más del certamen.
Enseguida apareció el cuarteto Los Miranda, quienes vestido con un pantalón blanco acampando y chalecos rojos, al estilo de los 70, transportaron al público a aquel 1972, cuando se celebraba la primera edición del evento que marcó la carrera de artistas como José José, Lupita D’Alessio, Yuri, Napoleón, Emmanuel y Yoshio.
Entre aplausos, y con una gran sonrisa dibujada en su rostro, el anfitrión de la noche, Rodrigo de la Cadena, hizo su aparición. «Aquí se celebraban las finales del concurso nacional, aquí se elegía quién representaba a nuestro país en la justa internacional», expresó.
El concierto, que se extendió durante poco más de tres horas, contó con una orquesta en vivo de 40 músicos dirigidos por Abraham Barrera, quienes acompañaron al cantautor y sus invitados en cada uno de los temas.
La velada inició con un «In memoriam», donde se recordó a figuras como Roberto Cantoral, Chucho Ferrer, Gualberto Castro, Guadalupe Trigo, Chamin Correa, Yoshio, Gilbert Calenzuela, Sergio Esquivel, Enrique Cáceres, Manolo Muñoz, Johny Laboriel, José José, Raúl Velasco, Juan Gabriel, Luis Hernández, Daniel Riolobos, Armando Manzanero y Rubén Fuentes.
A lo largo de una hora y media, que duró la primera mitad del evento, interpretó temas como «Hoy canto sólo por cantar» de Ricardo Ceratto y Lidia Caro; «Quién partirá» de Roberto Cantoral; «Lo que pasó, pasó» de Felipe Gil (hoy conocida como Felicia Garza); «Deja» de Napoleón (con Mane de la Parra); «Soy un pasado de moda» de Mario Pintor (con Pablo Marentes); y «Con y por amor» de Chamín Correa y Mario Molina Monte.
Al terminar esta última, De la Cadena hizo un breve intermedio. «Vamos a pausar para ir a hacer pipí», dijo a manera de broma, provocando la risa de todo el público.
La última mitad del show estuvo plagada de momentos emotivos, y más invitados especiales, como Verónica Miranda, Salvador Rivera y Carlos Cuevas, con quien interpretó el tema ganador del OTI en 1991, «Un bolero».
Durante su interpretación de «Un tipo como yo», Rodrigo se bajó del escenario y se acercó a saludar a sus invitados y fans, quienes amablemente le extendieron el puño. Los homenajes a los grandes nombres de la música no faltaron, y antes de iniciar «Al final» y «El triste», las dedicó a las familias de Roberto Cantoral y de José José, respectivamente.
Antes de despedirse, reiteró su deseo de iniciar un nuevo Festival OTI, para dar a conocer el trabajo de los nuevos compositores, y rescatar la música romántica que tanto ha defendido a lo largo de su carrera.
Entre las butacas, se encontraba la Maestra Felicia Garza, cuyo trabajo brilló ampliamente en el certamen a lo largo de los casi 30 años en los que se presentó. Para reconocer esta labor, el anfitrión la invitó a subir al escenario para cantarle.
La compositora, que portaba un elegante abrigo blanco, abrazó a Rodrigo, y de inmediato rompió en llanto. Aunque tomó el micrófono e intentó hablar, el sentimiento que la invadió era demasiado grande, y entre sollozos escuchó como la audiencia la ovacionaba de pie.
«Realmente estuve muy enferma y tengo que agradecerle a Dios estar aquí, y el apoyo tan lindo que me están dando a Rodrigo. Gracias a todos ustedes porque han hecho posible este momento mágico para mí», dijo con voz quebrada.
Pese a que no tenía contemplado cantar, no pudo contenerse cuando la orquesta comenzó a tocar «La felicidad», un tema de su autoría que ganó el primer lugar en 1975. Su llanto se convirtió en alegría, y junto con Rodrigo entonó dicha canción, mientras todos aplaudían al ritmo de los coros.
Al ver la euforia del público, De la Cadena la invitó a pasar al camerino a recoger un obsequio, para posteriormente regresar al escenario y cerrar la noche con una segunda interpretación de su éxito, que tan feliz puso a los presentes.