Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Exacerbar a los “pobres, que son muy leales” dirigiéndoles un discurso de que gracias a ellos ha fracaso la campaña golpista instrumentada por los medios y los periodistas, no solo raya en una demostración de miedo sino que busca levantar al “pueblo”, como lo hizo Madero, para derrocar al dictador. ¿Acaso el presidente López ya es un dictador?
Con suerte sí y todavía no nos damos cuenta.
Utilizar párrafos de un discurso en el que se conmemora el 109 aniversario de la fundación del nuevo Ejército Mexicanos -porque si no lo sabía, el ejército existe desde la Independencia- para azuzar en contra de medios y periodistas, está fuera de lugar y muestra el camino que quiere imponer para México.
Lea usted: “Sin el apoyo del pueblo tampoco habríamos resistido la intensa campaña en nuestra contra (…) Hemos dicho que por el bien de todos primero los pobres, porque esta expresión además de humana y justa, implica algo políticamente importante, atender a los pobres que son muy leales, es ir a la segura para integrar a las mayorías al proyecto transformador, superar la opresión y alcanzar el ideal de vivir en una sociedad mejor, más justa, igualitaria y fraterna”,
El maniqueísmo presidencial está tomando caminos equivocados. Aquel que divide no necesariamente gana. Las derrotas son más que las victorias.
Es de suponerse que al presidente le aterra la idea de que sus fans lo abandonen a causa de la “la intensa campaña en nuestra contra” y se observa que prepara el terreno para tomar ”acciones concretas” contra los “conservadores, traidores a la Patria”.
La traición a la patria, por cierto, se genera cuando hay un enfrentamiento militar y alguno de los bandos decide “abandonar al bueno”. Ya se refirió de José María Morelos y Pavón, el que llevó por nombre Juan Nepomuceno Almonte Ramírez quien se declaró y actuó como partidario del emperador Maximiliano de Habsburgo. Esa es traición.
Se equivoca si considera la crítica como un acto de traición a la Patria.
Andrés Manuel López no encarna a la Patria. Es simplemente, y ojaló lo entendiera sin emberrincharse, uno más de los Presidentes que ha tenido la República, la Nación, la Patria.
Su maniqueísmo, es político y encuadra en la definición explícita: Actitud o interpretación de la realidad que tiende a valorar las cosas como buenas o como malas, sin términos medios.
Ya lo ha dicho: estás con la 4t o en mi contra.
No hay espacio para el disenso. Todo debe ser como él lo manda y aquel que no obedece se convierte en Traidor a la Patria.
Cada día que pasa, el presidente pierde más el sentido de la proporcionalidad y el raciocinio.
Sus palabras generan la impresión de que teme el resultado de la Revocación de Mandato y desde ahora prepara el terreno para demostrar que los “golpistas”, financiados “desde el extranjero” quieren salirse con la suya.
Por eso llama a los pobres, los que son muy leales, para enfrentar a todos aquellos que TRAICIONAN A LA PATRIA.
Más burda interpretación de la crítica, no existe.
En tiempos de crisis económica, social, política, lo urgente para un gobernante es unir a la Nación, pensar en la Patria y no acelerar el encono, el rencor, el odio.
Si quería pasar a la historia como “el mejor presidente de México” desplazando a Juárez y Madero, con sus acciones y actitudes, se quedará con las ganas y es posible que desbanque a su “Serenísima” Antonio López de Santa Anna.
Y que haya constancia: no es una opinión golpista. Nunca se promoverá desde este espacio un golpe de Estado.
Sí, uno de timón para enderezar la nave que amenaza con irse a pique.
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