Viajar y su Sentido
Emily Thomas. El viaje y su sentido, Cuando los filósofos se hicieron nómadas. Shackleton Books, Barcelona, 2021. 320 páginas.
DAVID MARKLIMO
Todo viaje es siempre una copia de aquel que emprendió Odiseo desde Troya hasta su casa en Ítaca. No importa tanto el destino como la propia travesía, los acontecimientos que en ella suceden, las enseñanzas que nos deja, la huella que se queda en nuestra retina o nuestra memoria. Belleza, dolor, abandono, añoranza, el deseo de que nunca lleguemos a Ítaca son todas sensaciones que nos suceden en los viajes. Viene, entonces, algo interesante: ¿cómo pensar de forma más profunda sobre la idea misma de viaje?
Esa fue la pregunta que llevó a la británica Emily Thomas a adentrarse en la historia de la filosofía en busca de las reflexiones de los grandes pensadores sobre el acto de viajar. De este juego, entre filosofía y diario de viaje nació El viaje y su sentido. Curiosamente, las imágenes sobre Odiseo son dejadas de largo y empezaremos el recorrido en la época en que Colón zarpó a América y, antes, los portugueses a la India. Es ahí, cuando los filósofos empezaron a considerar el viaje como un concepto sobre el que valía la pena detenerse. Veremos, primeramente a Montaigne y su concepto de alteridad, los comentarios del gran Locke sobre el canibalismo. Pero también hay buenos consejos (tanto para el billete de ida como para el de vuelta) y sobretodo la gran reflexión sobre los viajes: ¿es viajar una herencia de nuestro pasado nómada? Responder a esta pregunta es harto difícil, pues la respuesta debería abordar la antropología, la filosofía del espacio, la Historia, la Metafísica, la psicología y la Ética. De hecho, ya en la época de Kant, en pleno romanticismo, era común que la juventud emprendiese un viaje de dos o tres años, acompañados por sus tutores -es irónico- que entre estos tutores se encuentran filósofos de alto calibre como Hobbes, Locke o el mismo padre del liberalismo económico, Adam Smith-, cuyo objetivo era la educación, pero también de forma extraoficial, el sexo, la bebida y el juego.
También hay conceptos que son útiles, como la diferencia entre el viaje y el desplazamiento. En una economía, como la mexicana, que tiene una de sus patas formales en el turismo la siguiente reflexión debería ser base en el planteamiento de las políticas públicas: ¿por qué viajar no es igual que hacer turismo? El viaje transforma la relación con el lugar y el cambio de relación con el mundo influye en la mentalidad, la personalidad y las vinculaciones del viajero. De allí, que una de las propuestas más interesantes de su estudio en la actualidad esté ligada a la historia de las mentalidades o la forma en que el desplazamiento modifica y altera la cultura y el modo de pensamiento.
Pero no hay que irse mucho por las ramas, para Thomas, antes era más fácil viajar que hoy, a pesar de que innovaciones como el avión y las grandes carenas turísticas. Pensemos un poquito en el argumento de Thomas: la globalización y la industria del turismo, con sus paquetes y ciudades de vacaciones, han conseguido experiencias unificadoras (siempre las mismas cadenas de hotel, la misma de comida rápida, la misma cafetería, las obras de arte siempre rodeadas de un montón de seres atiborrados de cámaras, teléfonos, short y gorra …) ¿El turismo ha significado el fin de los viajes? ¿Cuándo y cómo aparece el concepto de turismo o “viaje de placer”?
Pongamos un ejemplo: Thomas destaca, en una bella reflexión, la cuestión de los mapas y los viajes. Solemos ver el mapa como una mera guía, cuando en realidad es un gran ejercicio de síntesis de un territorio. Allí suelen aparecer cosas, como castillos o iglesias, pero no aparecen otras, como granjas, ¿por qué? Pues por una valoración implícita, a saber: unas cosas son importantes y otras no.
Con este libro descubrimos cuestiones complejas como la de la justificación ética del turismo del fin del mundo o turismo del cambio climático (visitar lugares condenados a desaparecer, como glaciares y arrecifes de coral o como, ahora el espacio postsoviético o la Norcorea de los Kim), o nos preguntamos por la relevancia del viajar para la comprensión del ser humano y su mundo.
Este libro recibió el Best Philosophy Book Award en 2020.