No es Puerto Príncipe ni otra ciudad de Haití, pero en las calles de esta localidad mexicana se escucha con frecuencia una mezcla de expresiones en creole, el idioma de los haitianos, además de portugués y español. Son algunos de los más de 2 mil 600 caribeños que decidieron asentarse en Mexicali, frontera con Calexico, California, a la espera de que el gobierno de Estados Unidos les otorgue asilo político.
A sus 17 años de edad, Rouss está en la frontera de México con Estados Unidos junto con sus padres y cuatro hermanos, después de salir de Haití hacia Brasil y, tres años después, cruzar más de 8 mil kilómetros por el Continente Americano hacia el norte.
Por su manejo del español, la adolescente se integró al programa educativo para niños de esta comunidad en contexto de migración.
Llegó hace un mes a Mexicali, ciudad adonde han arribado al menos 2 mil 600 para buscar asilo político en Estados Unidos.
Alrededor de 300 viven en albergues no gubernamentales y más de mil 500 en espacios oficiales. Unos 800 han conseguido trabajo y un inmueble rentado.
Estos grupos, originarios de Haití, pasaron por Argentina, Brasil, Chile y Ecuador, y varios de sus niños nacieron en esos países.
Ken, otro migrante, narra que salió de Haití, viajó a Brasil para trabajar en la construcción de espacios deportivos por el Mundial de Futbol 2014 y los Juegos Olímpicos 2016. Al concluir su trabajo, este plomero viajó a Chile, donde nació su hija y tres años después decidió ir con su esposa a Estados Unidos.
“Por lo que está pasando en Estados Unidos, mejor nos quedaremos aquí, en México. Estoy en espera de un papel de la Comar (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados) para poder trabajar y tener una casa”, dijo en entrevista.