Punto de Vista

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¿Fracasó Luisa Alcalde?…

Por Jesús Michel Narváez

Presuntamente la elección del nuevo dirigente del Sindicato de Pemex sería la primera en donde se rompería el caciquismo y las malas prácticas que permitieron a los secretarios generales y los seccionales, tratar sin respeto a los trabajadores y mantenerlos amedrentados, callas, sumisos so pena de perder sus plazas o ser despedidos si eran supernumerarios.

El lunes pasado se realizó la elección, después de la que semana anterior y durante cinco días los 25 aspirantes al cargo -unos con posibilidades reales y otros actuando como comparsas- se presentaron en las mañaneras a exponer sus razones por las cuales querían el acariciado cargo.

El presidente López los escuchó sin interrumpir las participaciones. Los miso hizo la organizadora, la promotora del “nuevo sindicalismo, el sindicalismo democrático”, Luis Alcalde, secretaria de Trabajo que indebida, aunque no ilegalmente, metió su cuchara en la sopa con sabor de autonomía sindical.

Por lo sabido hasta ahora, en 12 de las 36 secciones sindicales -ubicadas en las zonas petroleras- se manifestó la inconformidad por el triunfo de Ricardo Aldana, cercanísimo a la persona de Carlos Romero Deschamps, a quien el gobierno de la 4t obligó a “jubilarse” hace dos años después de un largo periodo iniciado el primero de septiembre de 1979.

Durante dos décadas, Aldana fue el tesorero del Sindicato, mismo cargo que ocupó mientras Joaquín Hernández Galicia (a) La Quina, dirigió el sindicato. Viejo trabajador en la petrolera y con el paso del tiempo adquirió poder real. El que le quisieron prestar Galicia y Romero.

Dos años después de la partida del dirigente, los interinatos fueron cubiertos por fieles compañeros de Romero. Su salida no representó ningún cambio.

Y ahora que se lleva a cabo la elección “democrática”, Aldana alcanzó el 70 por ciento de los votos emitidos por la mayoría de los trabajadores con derechos sindicales.

¿Qué nos dice el resulta?

¡Romero Deschamps sigue mandando!

Seguramente en la mente de la joven secretaria de Trabajo y Previsión Social no encontró la forma de discernir cómo opera el sindicato petrolero. Y no, no es una entidad a la que se pueda romper, por el simple prurito de imponer el “nuevo sindicalismo” su cadena de agradecimientos personales acompaña de corruptelas inconfesables.

Si Luisa Alcalde suponía que presionaría a los trabajadores mediante la invitación a los 35 aspirantes para que, delante del presidente de la República, expusieran sus planes de trabajo y que con ello miles de integrantes del sindicato se identificaran y votaran contra lo que representó y representa Romero Deschamps, mostró lo verde que está para tratar de imponer su voluntad, la que le dicta el presidente, en un sindicato poderoso.

Los sindicalistas que trabajan en Pemex, tienen conciencia de lo que representa un nuevo grupo de control y los costos personales que ello representa. 

Porque imponer a un dirigente que entienda a la cuatroté, sea obediente y raya en la abyección, no convence a los verdaderos sindicales que si bien han permitido líderes como La Quina, Barragán Romero, a cambio han recibido prestaciones que sin la presencia de los mencionados no habrían alcanzado.

Se entiende que Octavio Romero Oropeza, director de Pemex, haya querido quitarse la influencia personal de Romero. Lo inexplicable es que la prospección se arrojó a la basura. Suponer que la ausencia implicaría el desmantelamiento de la estructura construida desde 1964 por Hernández Galicia, continuado por Salvador Barragán Camacho, defendido por Carlos Romero Deschamps y probablemente perpetrado por Ricardo Aldana, fue una muestra de desconocimiento y de abuso de poder personal. Correr al que manda en el sindicato no fue una buena idea. La elección del lunes pasado se lo demostró a todos, desde el presidente López pasando por la secretaria Alcalde y culminando con el agrónomo Romero Oropeza.

¿El fracaso lo subsanará la secretaria Alcalde con un recuento de votos y la no entrega de la toma de nota?

Habrá que esperar la disyuntiva: aceptar el mandato de los trabajadores o desconocerlo.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada

 

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