Durante el año pasado, la llegada de visitantes internacionales por vía aérea recuperó una buena parte del terreno perdido en 2020. Las cifras de diciembre son alentadoras y despiertan un cauteloso optimismo para el 2022. Es previsible que eventualmente la pandemia de Coronavirus se encuentre en un proceso de ser menos agresiva y sea más fácil de controlar, lo cual es una buena noticia para el sector, ya que incrementa la confianza de los turistas. Sin embargo, la reciente calificación de México en el Nivel 4: No viajar debido al COVID, por parte de los Estados Unidos, así como la percepción de inseguridad y la difícil situación económica, constituyen nuevos obstáculos a los cuales se debe enfrentar el turismo este año.
El Reporte Gemes indica que la percepción de inseguridad entre la población se incrementó en el último trimestre del año pasado. En esta materia, los destinos turísticos presentan resultados contrastantes. Cancún con una percepción muy alta de inseguridad, en tanto que Los Cabos se encuentra entre las ciudades con mejores resultados. La inseguridad se ha convertido en el principal elemento de preocupación para los turistas, razón por la cual se requieren medidas enérgicas y efectivas que resuelva este problema, que constituye una grave amenaza para los destinos turísticos, en particular los del Caribe Mexicano.
La economía mexicana se estancó en la segunda mitad del año pasado. Dos trimestres consecutivos de caída en el PIB y una inflación que supera el 7% representa una muy mala combinación para el crecimiento del turismo, que en un 83% depende de la demanda generada
