*Un Programa de Becas Universales es “Culto a la Mediocridad”
* Destinar 71 mil Millones a Conacyt que a Universidades Juárez
*Populismo Reducir la Desigualdad… la Disfrutan más los Pobres
Por Carlos Bortoni
@_bortoni
Contribuir al bienestar social no se trata de que nadie se quede atrás… como ilusa y demagógicamente afirmó Claudia Sheinbaum… sino de establecer quienes y cómo se van a quedar atrás. El planteamiento CuatroTeista de otorgar becas para contribuir a la permanencia del alumnado en los centros educativos se equivoca en su aproximación y universaliza a tabla rasa lo que debería ser un apoyo meritocrático diseñado para preservar la división de clases y el abismo en poder adquisitivo que existe entre ellas. Igualar las condiciones… amenaza con la aniquilar la desigualdad.
Es evidente que la pobreza existe porque los pobres así lo desean. Por sorprendente que parezca… algo en la pobreza les gusta. Discutirlo es ocioso e innecesario. En ese sentido… un programa de becas universales que busque establecer un piso parejo para igualar las condiciones en que los alumnos llegan al salón de clase y disminuir la deserción y el rezago escolar no es más que “un culto a la mediocridad… que acaba con los incentivos para esforzarse… menosprecia al talento y ata a los pobres a la pobreza” como iluminadamente dicen ciertos representantes PANistas y algunas nobles plumas de Letras Libres que jamás han sobrevivido gracias al erario público… becas o publicidad oficial. En otras palabras… el populista acto de reducir la desigualdad… hace que los pobres disfruten más de la pobreza. Porque… seamos honestos… si su rendimiento no es igual al de otros estudiantes no es porque no tengan qué comer y por eso los niños salgan sin haber desayunado a la escuela… no es porque no tengan ropa y por eso vayan mal tapados… no es porque tengan que trabajar para contribuir a la economía familiar… es que no quieren comer y no quieren vestir adecuadamente… es porque no saben ahorrar ni esforzarse… becarlos es becar el culto a la insignificancia.
Más allá de seguir fomentando que los pobres sigan siendo pobres al combatir la injusticia social… y debido que dichos estímulos están destinados para personas mayores de un año —con lo que queda fuera la modesta propuesta de Jonathan Swift (a quien tanto debe este espacio) para combatir la pobreza haciendo de los niños menores de un año un platillo gourmet en las mesas de las mejores familias y los mejores y más pretenciosos restaurantes… dado que un niño o joven en edad escolar sería un platillo correoso— resultaría mucho más provechoso utilizar los 71 mil millones de pesos destinados a las Becas para el Bienestar Benito Juárez para apoyar el desarrollo científico y la innovación como lo hicieron EPN y FECAL al entregar recursos vía CONACYT para fomentar la investigación de mejores pañales… papeles sanitarios… salsas para pizza…. fórmulas lácteas… semillas transgénicas… botanas ricas en grasas… mantas absorbe flatulencias… paraguas para zapatos… o ropa interior para manos. Productos que evidentemente los pobres no podrán comprar pero que generarían empleos donde podrán ser subcontratados o —cuando menos— aumentaran el consumismo y desperdicio irreflexivo… asociado a él… que beneficiaría a los aparentemente marginados.
Podría enumerar muchas otras ventajas… cómo la posibilidad de participar en experimentos para determinar si esos pañales… esas salsas… esas leches… esas botanas son fulminantemente dañinas o producen sólo un daño paulatino en los consumidores y cobrar por dicha participación. Pero… puesto que se trata de un análisis breve… omitiré esto y muchas otras cosas. Deseo que a quienes desagrada mi propuesta… y que quizá sean tan audaces como para intentar ofrecer una solución… se pregunten primero si un estudiante que recibe una beca universal… al final de sus estudios tendrá la capacidad de dar una respuesta tan contundente sobre los resultados del aprovechamiento del dinero publico como la dada por la empresa de Claudio X González al indicar escuetamente que gracias a los 26 millones que se le entregaron… “se obtuvieron productos con nuevos elementos de valor agregado en las líneas de pañales desechables”.
Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.