Por Carlos Bortoni*
@_bortoni
Las democracias liberales han tenido tiempo suficiente —más de dos siglos— para demostrar su potencial. El cual… como sabiamente señala el eterno “Jefe” Diego en la columna titulada “Los jóvenes dirán si ‘redentores’ o instituciones”… ha provocado más daño que beneficio: “los cambios y alternancias en los poderes públicos no son, necesariamente, garantía de buenos gobiernos. Se puede pasar de lo malo a lo peor, de lo corregible a lo fatal.” En otras palabras… aniquilan la continuidad que debería fundamentarse en la inmutabilidad de instituciones monolíticas. La propuesta del “Jefe” de jefes del PANismo neo revolucionario… que hace un llamado a la naturaleza rebelde de la juventud para hacer frente a las injusticias provocadas por un gobierno que ha elevado los programas sociales a rango constitucional… aumentó en un 60% el salario mínimo… eliminó el fuero presidencial e incrementó la recaudación tributaria… entre otras catástrofes… permite desempolvar la teoría trotskista de la revolución permanente dándole una vuelta de tuerca que la paralice sin que por ello pierda su carácter permanentemente revolucionario.
El primer paso podría parecer contradictorio ante ojos inexpertos pero es fundamental… y el breve manual que el “Jefe” escribió para alcanzar la revolución permanente estática permanentemente… da cuenta de ello: impedir que los “sátrapas” (aquellos que injustamente buscan un país menos injusto)… se presenten como demócratas y “den sus primeros pasos por la vía legal y democrática”. Hay que orillarlos… marginarlos a recorrer la incierta y peligrosa ruta armada. Eliminar la posibilidad de acceder al poder democráticamente y aniquilar la vía legal… sacará a la luz los “resentimientos, odios e ineptitudes que los carcomen” y —sobre todo— garantizará la permanencia de la superestructura y las instituciones diseñadas para garantizar que nada cambie.
Lo siguiente en la catequesis del “Jefazo” para perpetuar el anquilosamiento rebelde a través de instituciones fosilizadas… es acabar con el estado de derecho para evitar que un grupúsculo y la abrumadora mayoría a quienes representan y ¡Peor aún… se siente representados por él!… lo secuestren y hagan uso del aparato estatal en su propio beneficio… destruyendo las instituciones… ese Leviatán creado justamente para oprimirlos. Dejarlos actuar… es dejar que se adueñen no sólo de la ley… sino de la verdad y la justicia. Y ¡El asunto siempre puede empeorar! Qué mantengan el poder y continúen en el camino de la cuarta transformación de la nación sin darse cuenta que… al hacerlo… destruyen todos los esfuerzos y el ahínco puesto en contener los estragos de las tres trasformaciones previas.
Por ello convocamos (me uno al llamado del “Jefe”) a los jóvenes a “rescatar el futuro de México”… a que con “honor, valor, inteligencia, capacidad y vocación de servicio” se enfrenten como carne de cañón y sacrifiquen para detener el avance de una transformación que amenaza con volverse irreversible y construyan esas “instituciones fuertes que se controlen entre sí” en pos de consolidar esa revolución permanentemente inmóvil que garantice que todo cambie para que todo siga igual.
*Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
