Un nuevo impuesto de 2 por ciento a las ventas de aplicaciones de entrega como Uber Eats, DiDi Food y Rappi en Ciudad de México generaría hasta 200 millones de pesos al año, dijo el martes un funcionario de alto rango de la capital.
Fadlala Akabani, secretario de Desarrollo Económico, aseguró a Reuters que el gravamen que entró en vigor el 1 de enero era una forma justa de hacer que las aplicaciones ayuden a pagar la infraestructura pública como internet y las calles que utilizan para hacer negocios.
La medida, que fue aprobada por el congreso local de Ciudad de México el mes pasado, recaudaría entre 100 y 200 millones de pesos para cada año, aseveró el funcionario en una entrevista.
“No es mucho dinero, pero es un primer paso en la regularización del sector”, agregó.
El impuesto, que se aplica al costo total de un pedido más la entrega, no se incrementará durante al menos un año, dijo.
Varios grupos empresariales describieron el gravamen como discriminatorio e inconstitucional, pero es probable que la medida sea observada por otras autoridades locales ansiosas por mejorar las fuentes de ingresos a medida que la economía se recupera del impacto de la pandemia del coronavirus.
El uso de aplicaciones de entrega ha aumentado drásticamente durante la pandemia y Akabani estimó que ahora emplean a entre 15 mil y 20 mil personas en la capital.
El gobierno de la ciudad quiere asegurarse que los conductores de reparto estén registrados formalmente en las nóminas de las empresas en el futuro, añadió.