La economía de México se reactivó este 2021 anclada al comercio exterior, sobre todo con Estados Unidos, pero sigue lejos la recuperación del nivel prepandemia ante una inflación histórica y la incertidumbre existente para las inversiones.
El Gobierno espera para 2021 un repunte mayor al 6 por ciento del producto interno bruto (PIB), pero aunque se cumpla este pronóstico optimista, sería insuficiente para contrarrestar la contracción histórica de 8.2 por ciento de 2020 causada por la crisis de la covid-19.
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ve como una prueba de la recuperación la cifra histórica de más de 20.9 millones de empleos formales registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Con este aumento, el IMSS reporta cerca 300 mil empleos más que los 20.6 millones que tenía en febrero de 2020, antes del impacto de COVID-19, que provocó la pérdida de más de 1.2 millones de puestos.
Sin embargo, mientras el mandatario aún espera un crecimiento del 6 por ciento, el sector privado redujo al 5.59 por ciento su previsión para 2021, según la encuesta de diciembre del Banco de México (Banxico).
Los pronósticos de crecimiento cayeron tras la contracción trimestral de 0.4 por ciento del PIB entre julio y septiembre que reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Asimismo, el Inegi informó la semana pasada que el indicador global de la actividad económica (IGAE) de México cayó un 0.7 por ciento anual en octubre e hila tres meses de caídas mensuales.
La economista atribuyó la desaceleración al impacto persistente de la pandemia, como la aparición de las variantes delta y ómicron, que impiden una recuperación plena de los servicios.
También señaló los cuellos de botella en las cadenas de suministro que han afectado a la industria mexicana, en particular al sector automotor, principal componente del PIB industrial, por la escasez de chips semiconductores.
Pero también advirtió de factores internos, como la iniciativa de Reforma Eléctrica de López Obrador, que se discutirá en 2022, para limitar a 46 por ciento la participación privada en el sector y potenciar la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE).