Conoce la historia de la tradicional Rama veracruzana

Como una invención navideña, pobladores de la región del sotavento de Veracruz crearon “la Rama” a finales del siglo XIX y al paso de los años se consolidó como una tradición en estas fiestas decembrinas que se ha ido extendiendo hacía otras partes del país.

Ricardo Cañas Montalvo, encargado del Museo de la Ciudad relata, que aunque no se tiene registros exactos de cómo fueron los inicios de esta festividad se sabe es una tradición que nació en este estado junto con la parte de Tabasco y Oaxaca.

Menciona que la Rama era un perfecto motivo de la gente del pueblo para continuar con las fiestas decembrinas ya que, al escuchar los versos de la misma, se menciona sobre el nacimiento de Jesús.

Por ello hasta a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la Rama se sacaba después del 25 de diciembre y se extendía hasta el 6 de enero.

“Si escuchamos muy bien los versos de la Rama en todos nos dice que Dios ya nació, sin embargo en las pastorelas y las posadas lo que se canta y se habla es que Cristo va a nacer, hay que recordar que las temporada en que se hacen las pastorelas, según el permiso que dio el papa Sixto V, eran las misas de aguinaldo que se tenían que celebrar entre el 16 y 24 de diciembre en la víspera de la navidad, del 25 de diciembre al 31 no había nada más que el 28 de diciembre pero no tiene festividad entonces la gente crea la Rama para continuar en esa época la fiestas navideña, es decir la verdadera época de la rama era del 25 de diciembre al 6 de enero, así se hacía a finales del siglo XIX”, detalla.

Sin embargo durante la época de construcción del puerto de Veracruz entre 1896 y 1902 gente de la región de la Cuenca del Papaloapan se mudó a esta ciudad ante la oferta de trabajo y trajeron consigo la Rama con la que obtenían algunas monedas.

“Los familiares de allá antes de que fuera la fecha correcta traían la Rama para Veracruz, abordaban el ferrocarril y la traían entre el 16 y 14 que es la época de las posadas y los lugareños veían como andaba esa agente con la Rama y cantando y cargando sus aparatos, todos ligeros como la jarana, y quedó como una tradición que se lleva de casa en casa, la gente les daba algunas monedas y con eso la rama se despedía; ya se va la Rama muy agradecida porque en esta casa fue bien recibida y cuando no le daban nada pues el invento del jarocho hacía unos versos que hacen reír”, indica el historiador.

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