Por: Carlos Bortoni
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Los índices de aprobación de Andres Manuel Lopez Obrador son inauditos ¡Que digo inauditos! ¡Son escalofriantes! Demuestran… como no han cejado de insistir los más honestos y comprometidos comentaristas de nuestro país… que el pueblo mexicano no está listo para la democracia… que es un peligro poner en las manos de una población masoquista e ignorante la posibilidad de elegir quien habrá de conducir los destinos del país. La angustia que genera el hecho de que entre un 65% y un 70% de la población apruebe a AMLO a duras penas encuentra resistencia en la titánica e ingrata tarea que Lorenzo Cordova y el INE realizan sin tregua ni descanso: salvar a la democracia de la democracia misma.… porque nada hay más antidemocrático que el ejercicio pleno de la democracia.
Atribuir los altos índices de aprobación presidencial al genio verbal del presidente… es decir poco. Necesitamos aceptar… ¡Denunciar!… que la gente no sabe lo que dice porque no siente lo que siente… que se engañan cuando creen tener hambre… que no saben hacer cuentas y piensan que viven en pobreza… que no entienden que no habrá salario mínimo que les alcance si no aprenden a vivir con las tarjetas de crédito a tope. Desde el gobierno se aprovecha está ignorancia popular para construir mitos que sustenten su popularidad. Mitos que el ciudadano promedio… inexperto en las artes ocultas del encantamiento de masas… es incapaz de identificar… desenmarañar… ya no digamos deconstruir: no es pobreza la del 50% de los mexicanos… es simplemente no tener llenadera… no saber sacrificarse en aras de que unos cuantos (quienes lo merecen) vivan bien a expensas del resto.
Pero… no tiene la culpa el indio ¿A quién se le ocurrió mandar a las encuestadoras a preguntarle a gente ignorante sobre su sentir y pensar en relación con el presidente y su gobierno? De entrada… el 50% de la población cree vivir en la pobreza … cree llevar años ¡Que digo años!… décadas sin lo mínimo necesario… no agradece que tiene algo de comida… ni sus humildes viviendas… demanda servicios de salud… considera que tiene empleos mal pagados y con pésimas condiciones laborales… un trasporte público insuficiente… etc. Sumado a ello… son fácilmente manipulables por el maquiavélico plan de la CuatroTe para obligarlos a simpatizar con ella y con el presidente… los deja sin alternativa ni posibilidad de elección… arremete contra ellos volteándolos a ver… incorporándolos a la narrativa oficial… haciéndoles sentir (quizá por primera vez) que tienen voz… voto y derecho a ejercerlo y manifestarse. ¿De qué otra forma va a reaccionar quien menos tiene… si desde el gobierno se ha contribuido a desarrollar una identidad de clase… una consciencia de lo propio… (aquello que nuestras plumas más iluminadas llaman polarización)? ¿Qué herramientas da presidencia para que un individuo pueda identificar que su gobierno no está haciendo nada para transformar su realidad cuando el gobierno mismo está sentando las bases para transformar la realidad de quienes históricamente han estado marginados de cualquier beneficio?
La trampa en la que nos encontramos es tal que será difícil salir de ella. Buscando incidir directamente en las condiciones de vida de ese 50% que no entiende que no vive en la pobreza…al que se le suma aproximadamente un 18% que simplemente no entiende que no entiende…que no sabe sobre la importancia de mantener el status quo y ―¡Peor aún!― considera correcto que la distribución de la riqueza sea menos injusta… el gobierno elimina autoritariamente cualquier posible resistencia. Esos apoyos sociales que ahora manchan las paginas de nuestra constitución… ese aumento al salario mínimo que hace que obreros y jornaleros crean que su trabajo vale algo… esa reorientación del gasto público… hacen imposible que la gente… ¡Sí… la gente a la que de forma absurda se le ha dado derecho al voto! Se de cuenta de lo mucho que el país sacrifica cuando ve por ella.
Necesitamos revivir el espíritu del primer Imperio Mexicano… ya de perdida el del segundo… quitar derechos a una ciudadanía que ha demostrado no saber que hacer con ellos… una ciudadanía egoísta que está preocupada por sus necesidades y no por las necesidades de la minoría económica que ve mermados su ingresos al obligarlos a vivir fuera del presupuesto… y restituir una aristocracia nacional… que si bien nunca existió… tiene miles de candidatos esperando el momento de ser invitados a formar parte de ella… así tengan que pagar su membresía a meses sin intereses.
Carlos Bortoni es escritor. Su más reciente novela es Dar las gracias no es suficiente.