COP26: Adiós al Carbón

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Al cierre de la COP26, hay malas noticias para el gobierno mexicano: cancelar el uso de carbón para generar energía eléctrica.

Y otra mala: Plantar árboles, en ocasiones, desplaza el problema: tardan años en crecer, no son eternos y ocupan superficies agrícolas necesarias para alimentar a los 7.700 millones de humanos del planeta.

En despachos periodísticos de Europa Press y EFE, se dan a conocer los acuerdos tomados por la COP26, a la que asistió una delegación mexicana y en la que simplemente no supo a qué fue. La presidenta de la misma, María Luisa Albores González, Agrónoma, Ambientalista y Cooperativista, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, solamente presumió que el 70 por ciento de la delegación estaba compuesto por mujeres. Del cambio climático, el uso de combustibles fósiles, emisiones de gas invernadero, nada opinó.

La información generada en Glasgow, Escocia, puntualiza que en el estudio del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA), se planteó que los compromisos alcanzados en la COP26 sobre el uso de carbón implican el cierre de al menos 370 centrales impulsadas por este combustible, así como la cancelación de 130 proyectos de nuevas plantas.

En México el mudo es al revés

Las refinerías del país son altamente contaminantes y las plantas de la CFE, en su mayoría, operan con carbón.

Este año, la empresa adquirió 300 millones de toneladas de carbón al empresario coahuilense, senador por Morena, Armando Guadiana Tijerina, para que sus plantas no suspendan sus operaciones.

Lo mismo ocurre en la sociedad entre Pemex y la CFE. El combustóleo, el desperdicio después de refinar el crudo, era adquirido en el pasado por diversos países del mundo. Lo utilizaban para que sus plantas de energía eléctrica y de productos plásticos, aumentaran su productividad a bajos costos.

Con el paso del tiempo, nadie compra combustóleo, que eran parte de los ingresos de la petrolera.

Con el apoyo presidencial, CFE compra el desperdicio a la petrolera y ambas entidades se benefician. La primera lo adquiere a bajo costo y la segunda recibe recursos.

Hasta el momento y por lo difundido de manera oficial, México no suscribió los acuerdos de la COP26, lo que significa que incumple el Acuerdo de París y por consecuencia podría ser sancionado.

La falta de cooperación en materia ambiental se está convirtiendo en una pesada losa para el gobierno mexicano, que se aferra a la utilización del carbón cuando los países industrializados, incluido China, buscan cómo sustituirlo.

Aquí, al contrario: se estimula quemar el combustible fósil bajo una interpretación equivocada: ¿qué harán los mineros si ya nadie compra el carbón?

La visión del presidente de la República es encerrar al país y no exportar más crudo, como una medida que abata la contaminación global. Nada más falso. Un millón de barriles diarios en el mercado extranjero no pinta respecto a las exportaciones de Arabia Saudita, la Federación Rusa, las petroleras inglesas y estadounidenses, entre otras.

¿Sin firmar el Acuerdo lo acatará México?

Se duda que el criterio de quemar carbón cambie y menos si lo piden los “neoliberales”.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada.

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