*Jorge Zermeño Incapaz de Controlar a su Policía
*Por Reclamar, la Represión apareció en Tabasco
Por Jesús Michel Narváez
Si bien es cierto que la teoría de Fidel Velázquez, al referirse a quienes aspiran a un cargo de elección popular, pero específicamente el de la Presidencia de la República, de que “los que se mueven no salen en la foto” quedó rebasada desde el momento en que el PRI perdió el máximo galardón político y de dirección que otorga este país.
Hoy es todo lo contrario: el que no se mueve ni con Photoshop mira su imagen impresa en la gráfica, en los videos, las redes sociales o el imaginario colectivo.
El cambio es radical y ahora a los suspirantes, hasta ahora de Morena, se les ha pasado la mano en eso de querer ser a cómo de lugar quienes -será uno, pero ahora hay tres en la pelea- y parecieran estar cortados con la misma tijera. Así debe ser si el sastre se llama Andrés Manuel López.
Primero fue Ricardo Monreal, el ignorado por el huésped temporal de Palacio Nacional, en salir a plantear la exigencia a la dirigencia -sin liderazgos- de su partido: encuesta para decidir al candidato a la Presidencia de la República en 2024.
Enseguida, Claudia Sheinbaum repitió el mismo esquema.
Y horas después lo hizo Marcelo Ebrard.
Ambos, los últimos, coinciden plenamente en la encuesta.
Quizá, solo quizá porque no le concedo el ingenio para crear el escenario, Mario Delgado salió a decir en su cuenta de Twitter que las decisiones se toman por las encuestas porque “Morena es el pueblo el que manda”.
El método podría ser el más democrático siempre y cuando se aplicara sin sobornos -en especie o promesas de cargos-, con honestidad, sin manipulación ni hordas para inclinar la preferencia de los encuestados.
En Morena ocurren todos los señalamientos. Es cuestión de revisar cómo se definieron los candidatos a las 15 gubernaturas que estuvieron en juego en junio pasado y las cuales provocaron reclamos de los que presuntamente las tenían aseguradas. El más notable de los desencuentros lo protagonizó Pablo Amílcar Sandoval, hermano de la exsecretaria de la Función Pública cuyo esposo, John M. Akerman, hizo público el fraude. El triunfador momentáneo resultó ser Félix Salgado Macedonio quien, sin embargo, no es gobernador electo de Guerrero, sino su hija, Evelyn. Aunque, claro está y es de dominio público, será el “asesor principal” de su bebita.
En el caso que nos ocupa: Monreal, Sheinbaum y Ebrard, hay que poner sobre la mesa de las discusiones si en horas laborables tienen el derecho de promoverse. Porque no hablan del Senado de la República, tampoco del gobierno capitalino y menos de la política exterior.
Es el uso de sus cargos, que representan intereses del Estado, no para cumplir sus responsabilidades, sino para la promoción personal, lo que están aprovechando.
Deberían tomarse como “actos anticipados de campaña”. Porque eso hacen: promoverse en espacios públicos, con la representación oficial que poseen.
Opinión personal: el INE está adormilado por las amenazas que pesan sobre los consejeros o bien ya les llegó la lumbre a los aparejos y no quieren ser inmolados desde San Lázaro por órdenes de Torquemada que sermonea todos los días desde Palacio Nacional.
Están gastando recursos públicos en el fortalecimiento de sus imágenes, no como funcionarios eficientes, honestos, eficaces, profesionales. No. Lo hacen como aspirantes, con la ambición personalizada de ser el o la “preferida del profesor”, quien, por cierto, la semana pasada dijo no tener favoritos… o favorita. Así, en singular el género femenino.
¿Quieren ser los que ganen la encuesta?
Un simple consejo, tómenlo o déjenlo: ¡Póngase a trabajar en lo suyo! El pueblo sabrá si cumplieron y merecen la oportunidad de gobernarlo.
METEORITOS
Pareciera que es más importante cachetear a los fumadores -me cuento entre ellos- que legislar para el bienestar de todos los mexicanos, no solo de los antitabaco o pobres en extremo. Lo digo porque la semana pasada Olga Sánchez Cordero garantizó que las “instalaciones del Congreso de la Unión serán espacios 100 por ciento libres de humo. Porque el miércoles anterior, se dio a conocer la aprobación de la reforma a la Ley General para el Control del Tabaco con la que se establece que las dos cámaras al Congreso de la Unión serán libres de humo. El cigarrillo, droga permitida, encuentra eco de inmediato sin consultar a los que somos adictos. Ah, no se trate de la marihuana porque, entones, se “escuchan todas las voces”. ¿Cuántos senadores, senadoras, diputados y diputadas, fuman habrá espacios al aire libre en donde se permita envenenar los pulmones y hacer llorar los ojos? *** Por cierto, Óscar Ocampo, posteó: “Debería ser 100% libre de corrupción”. Ahí la dejo. *** Mal parado que el alcalde de Torreón, Jorge Zermeño, luego de que el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Javier Laynez Potisek hiciera público su reclamo a la policía municipal por la arbitraria detención por, supuestamente, conducir en estado de ebriedad. El integrante del Poder Judicial de la Federación fue multado con 6 mil 500 pesos y no le fue entregado recibo alguno. El pago fue en efectivo. ¿Qué pasa con su policía municipal, señor exembajador? Lo bueno es, se dice en Torreón, que ya se va y llega Román Cepeda, que recuperó el ayuntamiento para su partido, el PRI. A ver si no sale más caro el caldo que las albóndigas.
BRILLA EL SOL
Pareciera que exigir derechos, aunque sea pleito de líderes sindicales -como pasó en Silao en la revisión del contracto colectivo con la GM- tiene como “premio” la represión. Eso ocurrió en Paraíso, Tabasco, en donde se construye la refinería Dos Bocas. Cuando menos 16 trabajadores resultaron lesiones en el enfrentamiento con elementos de la Marina -que resguardan las instalaciones- y la policía municipal. Seguramente se aplicó el concepto de la “ley garrote” -declarada inconstitucional- que promovió e impulsó el hoy secretario de Gobernación, Adán Augusto López recién tomó posesión del gobierno de Tabasco y que consistía en encarcelar a todo trabajador que hiciera paros en las obras pública, federales, estales y municipales. La ley fue declara inconstitucional pero seguramente no lo sabe su relevo, Carlos Manuel Merino Campos. *** Sobre el tema, la secretaria de Energía, Rocío Nahle declaró: “No vamos a permitir que un grupito con una intención particular o de beneficio particular afecte una obra tan importante que le está dando empleo a más de 100 mil personas en el país, es una obra que va bastante bien. Es un pleito entre líderes”. ¿Es el número el que la tiene irritada?… ¿un grupito? Lo mismo dijo de los comisionistas de gas que le encararon frente a la dependencia que conduce. ¿Y si fueran los 100 mil trabajadores -¿dónde están?- los que protestaran, diría lo mismo? *** Fernando Elías Calles fue, sin duda, un caballero de la política. Jamás -o por lo menos no se supo- desvió sus principios. Él sí era priísta. Su fallecimiento deja un hueco difícil de llenar. Aunque, en la actualidad, los integrantes del séquito que compaña al dirigente nacional, poco saben de quiénes le dieron fortaleza al PRI.