El índice de precios de consumo (IPC) de Estados Unidos subió a 5.4 por ciento en tasa interanual, una décima más que en el mes anterior, informó la Oficina de Estadísticas Laborales.
La mayoría de los analistas esperaba una tasa anual de inflación de 5.3 por ciento en septiembre y el dato oficial marcó el nivel más alto en trece años.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en septiembre fue de 0.2 por ciento, con una tasa anual de 4 por ciento.
Los precios de la energía subieron en septiembre 24.8 por ciento y los de los alimentos 4.6 por ciento, según el informe del gobierno. Los precios que pagan los consumidores por la gasolina aumentaron 1.2 por ciento el mes pasado y han subido 42.1 por ciento en un año.
Los índices de precios de alimentos y de vivienda contribuyeron en más de la mitad de los incrementos mensuales.
La inflación es uno de los principales motivos de preocupación en Estados Unidos, ya que se encuentra en niveles no vistos en más de una década.
Hasta ahora, la Reserva Federal ha insistido en que las tasas elevadas de inflación tendrán un carácter transitorio, aunque el dato demuestra que no terminan de bajar como esperaba el banco central.