Urge Reforzar control sanitario a purificadoras de agua para evitar enfermedades

La falta de confianza en el suministro de agua de calidad distribuida por el Estado ha contribuido a la implementación de rellenadoras de agua, negocio de agua embotellada de bajo costo del que continúan sin cumplir los estándares de calidad, poniendo en riesgo la salud de la población, indicó Magdalena Núñez Monreal.

Al considerar que se deben retomar las inspecciones de control sanitario a esta industria no sólo en la Ciudad de México, sino en todo el país, para garantizar un servicio de agua embotellada de calidad, la Comisionada del Partido del Trabajo en la Ciudad de México, propuso una supervisión rigurosa de cada local y sancionar a quien incumpla con los estándares sanitarios.

“En el Partido del Trabajo propondremos que este tipo de negocios que recuperan sus inversiones de manera rápida y sencilla, se comprometan cabalmente con la salud de la población ya que se pone en riesgo su integridad al consumir un líquido vital contaminado.

El Gobierno de la Ciudad de México debe buscar medidas específicas para llevar a cabo revisiones sorpresivas en estos establecimientos que rellenan de agua los contenedores de uso doméstico para determinar si cumplen con la reglamentación establecida y en caso de no ser así sancionarlos o cancelarles la licencia indefinidamente porque, con la salud no se juega”.

La diputada Núñez Monreal, consideró que a la fecha los llamados de advertencia que han hecho las autoridades han sido insuficientes, toda vez que los distribuidores del agua al no verse perjudicados, hacen caso omiso.

Recordó que el costo del agua en los últimos años se ha incrementado de manera exponencial porque los consumidores deben pagar sumas exorbitantes por el vital líquido de marcas reconocidas, pero resulta injusto que las “purificadoras de agua”, que son baratas, no garanticen la calidad.

La petista resaltó que, de acuerdo con diversos estudios de universidades mexicanas sobre las “rellenadoras” arrojan que entre 65 y 70 por ciento del agua que venden está contaminada con bacterias; y hasta 50 por ciento puede contener bacterias de materia fecal.

Por ello, insistió en una revisión rigurosa en instalaciones y con equipos e instrumentos que deben estar siempre limpios, y lo cual además debe ser constatado no sólo visualmente sino a través de las correspondientes bitácoras con los registros de mantenimiento, aseo, desinfección y fumigación para evitar la presencia de fauna nociva, además de que el personal debe estar sujeto a un programa de control sanitario.

Además, “tomar muestras del producto que se envasa para constatar que el mismo sea apto y libres de cualquier riesgo para el consumo humano, porque se han encontrado bacterias como el E.coli (Escherichia coli) que causar diarrea y dolores abdominales, puede provocar riesgos de enfermedad renal en menores de edad y adultos mayores.

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