Resiliencia

Por Raúl Mondragón von Bertrab y Fernando Hernández de la Rosa

 “Hay un placer activo y viril en sortear la piedra,

el hoyo, la bestia, el hombre, que nos cortan el paso …

-Amado Nervo, Vía Libre (Plenitud XLIV).

La Real Academia Española define “resiliencia” como (i) la “capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos” y como la (ii) “capacidad de un material, mecanismo o sistema para recuperar su estado inicial cuando ha cesado la perturbación a la que había estado sometido.”

La pandemia nos ha enseñado esa primera acepción, pero seguramente nunca servirá para ejemplificar de la segunda. No porque no cese la perturbación del virus que seguirá mutando pero que eventualmente, si nuestra historia darwiniana de adaptación, conquista y legado sin paralelo nos permite ser optimistas –aunque en esto de la supervivencia no haya garantías, como bien señala Scientific American en su reciente editorial sobre el tema-, será contenido para dar paso a otras amenazas hasta que alguna nos borré quizá de este planeta, en el que nuestra indeleble huella de desperdicio nuclear, plástico y de concreto podría llegar a marcar una nueva capa geológica.

Platicando con nuestro buen amigo Jeffrey “El Jefe” Silber, personaje cosmopolita y de interesante carrera como empresario, coach y por muchos años cartógrafo del mapa de la práctica jurídica en América, de Alaska a la Patagonia, para una importante red de abogados internacionales, escuché una de esas referencias suyas que suelen quedarse rondando la mente por su lapidaria factualidad.

-Los grandes hombres se hacen ante la adversidad, me decía.

-Churchill, Roosevelt, surgieron de la Segunda Guerra Mundial y de la Gran Depresión.

-Eisenhower, en cambio…

–¡Ike!, interrumpo, recordando un libro que leí hace muchos años y que buscaba reivindicar ese papel histórico que jugó en el gran proyecto de la infraestructura carretera norteamericana, pero recordado, en efecto, como una época de blanca paz y gris progreso.

-Ike, no es recordado como un gran presidente.

Los individuos, las empresas y los países que obligados por la pandemia se han adaptado a la nueva realidad, incluso aquellos favorecidos por la fortuna y la circunstancia, pero que como en el caso de Pfizer y Amazon, venían sentando las bases de agilidad corporativa que les han permitido aprovechar la ventaja exponencialmente, saldrán fortalecidos de esta coyuntura histórica.

Quienes se resignen a no buscar nuevos caminos, a seguir por los senderos que Fidel Castro pisó desde el Nevado de Toluca hasta embarcarse en el Granma de la ilusión perdida y la utopía traicionada, tendrán que esperar a que una nueva normalidad les permita volver a hacer lo que saben hacer.

La historia, que no espera, brinda hoy una oportunidad.

La decisión es de cada uno.

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