Después de un agitado agosto en la temporada atlántica de ciclones, se formó en las últimas horas la tormenta tropical Larry, que se prevé se convertirá en huracán el jueves o viernes, según los pronósticos de este miércoles del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de Estados Unidos.
Larry, la tormenta tropical 12 de este 2021, presenta vientos máximos sostenidos de unos 75 kilómetros por hora con ráfagas más fuertes.
El NHC, con sede en Miami, detalla que se espera un fortalecimiento adicional durante los próximos días y se pronostica que se convierta en huracán la tarde el jueves o el viernes.
El sistema se encuentra sobre el este del Atlántico, a 280 kilómetros (175 millas) al sur de las islas del sur de Cabo Verde (África), y se desplaza hacia el oeste a 31 kilómetros por hora (20 millas).
Los meteorólogos pronostican un movimiento hacia el oeste-noroeste durante los próximos días, seguido de un giro hacia el noroeste durante el fin de semana.
Los vientos de intensidad de tormenta tropical se extienden hasta 95 kilómetros (60 millas) del centro.
La actividad de ciclones tropicales en la cuenca atlántica durante agosto fue por encima de lo normal en términos de la cantidad de tormentas con nombre, huracanes y grandes huracanes.
Se formaron seis tormentas con nombre en la cuenca atlántica en este mes que terminó el martes, con tres de ellos convirtiéndose en huracanes, y dos de ellos en grandes huracanes.
Grace fue un huracán de categoría 3 cuando tocó tierra al sur de Tuxpan, en México, el pasado 22 de agosto, mientras que Ida fue un huracán de categoría 4 cuando tocó tierra cerca de Port Fourchon (Luisiana, EEUU), el domingo pasado.
Además, una depresión tropical se formó en el último día del mes.
Según el NHC, basado en una climatología de 30 años (1991-2020), 3 o 4 tormentas con nombre se desarrollan típicamente en agosto, con una o dos de ellas convirtiéndose en huracanes.
Se forma un gran huracán en agosto cada uno o dos años, detalló.
A Larry lo acompañan hoy las depresiones tropicales Ida, que se mueve hacia el noreste de Estados Unidos dejando lluvias, y Kate, que se desplaza por el Atlántico central sin representar amenazas a tierras por ahora.