Monstruo Desobediente…

Po Jesús Michel Narváez

Les entregó la “mal llamada” reforma educativa, aparentemente en pago a sus servicios. Él lo reconoció públicamente. Nadie se lo inventó.

De suyo es importante la admisión de una decisión que frenó el avance educativo. Sin embargo, lo grave, y eso no lo entiende él, es el riesgo en el que puso la investidura que dice defender.

“Secuestrado” prácticamente por un centenar de maistros, el hombre que deshizo el Estado Mayor Presidencial “porque a mí me cuida el pueblo”, quedó atrapado por más de dos horas en su blindada camioneta que no escapó de ser pintarrajeada y rayada. Quienes conforman la ayudantía mostraron servir para lo que se le unta al queso: para nada.

Injuriado -porque le recordaron el 10 de mayo en repetidas ocasiones-, agredido y hasta escuchó gritos y leyó mantas que rechazaban su presencia y exigían respuesta a sus demandas -fondo de ahorro, vivienda y plazas-, sacó de la manga una reflexión que lo coloca en el ámbito de los pacifistas mundiales. Se negó a llamar a los militares y Guardia Nacional para que le abrieran camino y pudiera llegar al cuartel. ¿Por qué lo hizo?

“Yo vengo de la protesta”, justificó.

Sacó de la chistera para la comparación:

“Esto es lo que hacía (Nelson) Mandela, lo que hacía (Martin) Luther King, lo que hacía Gandhi, sobre todo, la no violencia, decía Juárez ‘nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho’, un abrazo afectuoso para todos”.

El ojo quedó cuadrado. Nada modesto el chicuelo de Macuspana.

Quizá todo fue montado. Vaya usted a saber. Presentarse como la víctima, mostrarse como pacifista con tintes mundiales y universales y admitir que su vida ha sido de protestas, no de hechos, solamente de palabras. Bueno, sí hubo hechos: toma de pozos petroleros, negativa de pagar por el consumo de energía eléctrica, falsedad de domicilio para ser registrado como candidato del PRD al gobierno del entonces distrito Federal. Esos son hechos, no palabras.

Para quien desapareció la reforma educativa e impulso un modelo híbrido: de dulce, chile y mole, en el que no cupieron las opiniones de los expertos y que le permitió reescribir la historia de la Conquista, de la Independencia, de la Revolución, de los héroes y exhibir al neoliberalismo como la plaga, la peste de la humanidad, encontró la horma de su fino calzado.

Él creó el monstruo y hoy se le rebela.

Y lo exhibe como un personaje que no entiende cómo se respalda la investidura presidencial en un país que abandonó el pasado bananero para proyectarse como una de las quince económica más importantes del globo terráqueo.

Poner en riesgo -si es el que evento fue real y no montado- la vida del Presidente, no del ciudadano común y corriente, es una irresponsabilidad. Su seguridad es un tema de Estado.

Le falta razón al señalar que no es rehén de nadie. Porque es rehén de sí mismo. Su actitud beligerante que lo lleva a estar dispuesto a la hostilidad, enfrentado y en desacuerdo a una persona, un grupo o a una cosa, muestra que no es un pacifista real sino un personaje sin más convicción que la de suponer que conducirá a “su pueblo bueno” al paraíso terrenal, a la tierra prometida.

Tres años de gobierno y no entiende que no entiende. Tres años de fantochería y tres años de Rebelión en la Granja.

Si lo ocurrido ayer se replica, será acción de descontento; si no, entonces habrá de ser examinado quién o quiénes montaron la nueva farsa. Hechos, no palabras.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesus Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada.

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