Al señalar que la corrupción daña más que el COVID-19, como es el caso de hacer obras sin concluirlas o sin consultar a la ciudadanía, el presidente Andrés Manuel López propuso una alternativa para poner a funcionar la presa El Zapotillo, para que suministre de agua a Guadalajara, sin inundar poblados.
Acompañado del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, el presidente avaló la propuesta del titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Germán Martínez Santoyo, para que la presa funcione por debajo de su capacidad, para así evitar inundar los poblados Temacapulín, Acasico y Palmarejo.
Sin embargo, esta alternativa cancela la posibilidad de que la presa suministre agua a León, Guanajuato, por lo que prometió buscar una solución con las autoridades de ese estado.
En 2011, el gobierno del ex presidente Felipe Calderon construyó está presa, con el propósito de llevar agua a Guadalajara y a León, pero implicaba inundar tres poblados de Jalisco: lo que provocó el descontento de los pobladores e impidió el funcionamiento de esta obra hidráulica, la cual sigue parada.
La inundación dejarían bajo el agua casas, iglesias y los panteones, es decir, sus muertos, pero hoy -luego de una década de resistencia –, el presidente apoyó la propuesta de Conagua para modificar la capacidad de la presa, lo que significa que la cortina se quedaría en 80 maestros y no 105.
«(Conagua) nos presenta esta opción, esta alternativa. No es lo deseable, es lo posible en términos técnicos, porque la presa fue diseñada para tener una cortina de 105 metros y se quedaría en 80 metros, y también fue diseñada para abastecer de agua a Jalisco y al municipio de León, Guanajuato. No podría tenerse esa capacidad de abasto de agua porque la cortina se quedaría en 80 metros y además sería menos el volumen disponible de agua, no alcanzaría para dar agua a León, así de claro, el agua solo se quedaría en Jalisco,» expuso.
En ese sentido, dio a conocer que el próximo sábado Conagua presentará la propuesta a los pobladores y se aceptan firmaría un decreto para protegerlos de futuras afectación y no se aceptan se haría adecuaciones a la presa, pero hasta ahí se llegaría, es decir, se cierra el tema la inversión destinada para esa obra de iría a otros proyectos.
La buena nueva es decirles que no se van a inundar y darles la garantía de que eso no va a suceder, explicar técnicamente por qué y asumir nosotros la responsabilidad de cualquier siniestro, de cualquier situación extraordinaria, algo no previsto, cualquier cosa que pudiese suceder, como una especie de seguro, en donde el gobierno federal se compromete a hacerse cargo de daños de posibles que con el tiempo pudiesen afectar a los tres pueblos. Yo firmaría ese compromiso y luego elevaríamos a rango de ley mediante un decreto para que estén completamente seguros de que no va a suceder nada, que aceptan los pueblos, que no se van a inundar”, se comprometió.
Ante esto, el mandatario regresará en un mes a la región para conocer el veredicto de la población.
El gobernador Enrique Alfaro apoyó está propuesta y destacó la coordinación con la Federación para trabajar en temas conjuntos, como terminar con la obra de esta presa que lleva años parada.