Luego de la apropiación por parte de marcas internacionales de iconografía y diseños de textiles de comunidades indígenas, se crea el proyecto Original, las instituciones al servicio de las comunidades una especie de laboratorio de colaboración entre diseñadores tradicionales y la industria de la moda global para llevar los productos artesanales al mercado internacional desde la legalidad y no del robo.
Con la participación de tres mil artesanos de todo el país, Original consiste en un encuentro a manera de feria donde se reunirán, del 18 al 21 de noviembre próximo en el Complejo Cultural Los Pinos, objetos y textiles de 350 artesanos, exposición de 468 maestros artesanos y venta directa los productos de 68 creadores tradicionales; además están invitadas todas las marcas internacionales que han plagiado o tomado sin permiso algún elemento identitario, por ejemplo, Zimmermann Zara, Anthropologie y Patowl, entre otras, aunque aún no se tienen una lista de las empresas participantes.
“Estamos hablando no solamente de indumentaria, de lo que se elige para portar, sino que la moda está vinculada a una industria, a un trabajo económico grande, una industria voraz importante en el mundo y tiene que ver con cuestiones que pasan, que son temporales. Con este ejercicio damos todas las herramientas que tenemos para que se pueda hacer un laboratorio ético, genuino, un ejercicio para el desarrollo de políticas públicas acorde a esta riqueza cultural, respetuosa con ella, para que en colaboración con las comunidades artísticas que están vivas y generando este patrimonio cultural, se puedan generar de ida y vuelta mejores prácticas”, apuntó Alejandra Frausto, secretaria de Cultura.
Durante la presentación del programa, en conferencia presencial en Tlaxcala, la titular de Cultura señaló que el proyecto será también la base para establecer estrategias legales en defensa del patrimonio cultural, pues recordó que las cartas enviadas a las diferentes marcas internacionales que sean apropiado de elementos indígenas se quedan en una oferta de disculpas, pero no avanzan hacia la colaboración.
“Sabrán que enviamos algunas cartas a marcas internacionales, pero el hecho de la apropiación cultural tiene que ver con la ética y con cómo nos podemos aproximar a un saber de comunidades que están vivas y están generando. Estos ejercicios de apropiación, una práctica fuera de la ética, resulta en caricatura, en unas malas copias y una práctica dolorosa, y vergonzante.
«Entonces hay que nutrir y aportar a una industria tan grande como la moda con cierta ética, y eso está pasando con este proyecto que se llama Original en el que ponemos las mejores herramientas que tenemos al servicio de las comunidades para que se pueda hacer un laboratorio ético”, añadió Frausto del programa que tienen un presupuesto de 27 millones de pesos.
El proyecto, que se prevé sea anual, incluye un decálogo para los participantes tanto la industria de la moda internacional como los maestros artesanos que apuesta por un respecto por el patrimonio cultural.
Entre los puntos, se pide respetar los derechos colectivos de las comunidades y pueblos creativos sobre su patrimonio cultural, consultar la opinión de las comunidades y sobre la producción y reproducción de las obras, investigar y transmitir la historia y el significado de los símbolos que representan, y preservar y promover la técnicas y materiales usados por los pueblos creativos.