El Pueblo Decide, el Pueblo Manda

Por Alberto F. Mena Mallen

¡Un éxito…! ¡Un éxito…! Se cataloga a lo que fue un ensayo de lo que podría ser una consulta popular en serio y no una farsa.

El presidente de la República, se encargó de avalarla, al afirmar que fue un buen inicio ya que fue un buen ejercicio de la democracia participativa al votar más de 7 millones de mexicanos -poco más del 7 por ciento del 40 por ciento requerido del padrón electoral actual-, y será un hábito -aseguró-, que se heredará a las próximas generaciones para que realmente sea el pueblo quien decida el desarrollo y transcurso del país y de sus vidas.

Tal vez así sea. Hay que agradecerle el haberla operado, pero en la realidad, que siempre se impone y contrasta con los deseos presidenciales es que él prometió avanzar en la democracia, lo que no lleva a cabo, particularmente cuando se adueñó del poder y de todo lo que le rodea. Como decimos entre el pueblo, presume con cabeza ajena.

Otro que se alegró también del éxito de la misma fue el presidente consejero del Instituto Nacional Electoral (INE, Lorenzo Córdova, al afirmar que operativamente se alcanzó la meta de llevarla a cabo en todo el país, lo que fue cierto, pero que de nada sirvió al no ser vinculatoria y por el gasto de más de 500 millones de pesos, los que muchos criticaron porque se echaron a la basura.

¿Pero por qué es vinculatoria? Todos conocíamos que se realizaría dicha consulta popular para que el pueblo bueno decidiera juzgar a los ex presidentes de la República, cada uno por conceptos distintos: A Carlos Salinas de Gortari, por privatizar bienes públicos y beneficiar a personas allegadas a él sin licitaciones; a Ernesto Zedillo, por el caso Fobaproa, (convertir deuda privada en deuda pública, que aún pagamos después de 20 años); a Vicente Fox por haber entregado concesiones a la industria minera y del supuesto fraude electoral del 2006; a Felipe Calderón, por la violencia que provocó más de 250 mil muertos en su sexenio y por último a Enrique Peña Nieto, por actos de corrupción.

Lo cierto es de que todos participaron para que fuera un ejemplo fallido, ya que la Suprema Corte de Justicia de la Nación al modificar la pregunta que le envió el primer mandatario, generó más confusión que certeza, porque se argumentó que se vulnerarían los derechos humanos de los ex mandatarios, pero lo que no se hizo fue generar una interrogante que permitiera que la población fuera a votar más ampliamente.

No se hizo una pregunta más sencilla, como el saber si se quería que se creara una comisión de la verdad para enjuiciar a los expresidentes; o el haber cuestionado solo si se quería enjuiciar a estos personajes, sin mencionar sus nombres, -que todos conocemos-. No, todos quisieron echar a perder este ejercicio democrático, que esperemos sea más ampliamente utilizado en futuros gobiernos, ya que la misma ciudanía lo pide, pero que en esta ocasión no se le hizo caso, sino por el contrario, sólo generaron mayor confusión los que la implementaron.

Ahora viene la consulta de revocación de mandato, -en marzo próximo, como lo establece la ley de la Consulta Popular-, con la esperanza de que quienes tienen la obligación de realizarla, no provoquen más caos para que los mexicanos puedan participar en forma masiva y donde se verá si Andrés Manuel López Obrador, se queda como primer mandatario o se va a su rancho, en Chiapas.

El titular del poder ejecutivo federal, al hablar del tema en la mañanera, realizó un listado de las consultas que se han efectuado en el pasado, pero ninguna como la del domingo primero de agosto, que fue organizada por las autoridades correspondientes y que se consideró legalmente establecida. Las anteriores fueron a mano alzada, lo que generó dudas y suspicacias.

Destacó una de ellas, -que según él lo sacó del hoyo-, la del Aeropuerto Internacional de Texcoco, del que recordó que era un negocio inmobiliario de 600 hectáreas, además de que se cancelaría la operación de la actual terminal aérea y el de Santa Lucía, porque interfería en las operaciones aéreas, consulta, afirmó el presidente, que detuvo ese atraco, aparte de que hay ahorros por 125 mil millones de pesos. Otro punto que mencionó fue el de que dicho aeropuerto se hundiría medio metro al año, lo que provocaría ejercer millonarios presupuestos para su mantenimiento.

Destacó la queja de la primera dama de la nación -no le gusta que la denominen de esta manera por ser un término neoliberal-, al afirmar que no pudo votar porque no había casillas especiales, luego de que andaba de viaje con su marido. El titular del INE defendió a la institución argumentando que no le habían dado el presupuesto necesario para implementar mejores medidas, además de que la ley no se lo permite.

Pero López Obrador, en la mañanera, de nuevo arremetió contra todo lo relacionado al INE y sus funcionarios, ya que al responder a la pregunta, de si en futuros procesos podrá haber casillas especiales, dijo “verán cuántas van a haber, no es asunto de presupuesto, es asunto de voluntad, cuando se quiere se puede, no han tenido entusiasmo por la democracia, se pudo haber extendido. Pudieron haber colaborado los gobiernos estatales y municipales, ni se hablaba del tema”.

Con su típica sonrisa dijo: “Cruz, cruz, que se vaya el diablo y vuelva Jesús; ni los medios hablaron del tema, no les convenía la democracia, ya que ellos mandaban, ponían autoridades”, y nombró algunos periódicos que por lo regular siempre salen a relucir en las mañaneras. Agradeció a La Jornada porque llamó a votar a los mexicanos.

El caso, es que la democracia en México, avanza a tumbos y patadas, puesto que no existe hasta el momento algún personaje que encabece el propósito de que nuestro país sea más democrático en todas sus formas, ya que el actual presidente solo prometió y hasta el momento no ha cumplido.

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