Por Jesús Michel Narváez
Probablemente no sea responsabilidad de la actual administración y que provenga una mala relación desde que Emilio O. Rabasa recibió instrucciones del presidente Echeverría para que México votara en la ONU a favor de declarar el sionismo como un acto de racismo. Israel no es el mejor amigo de México.
De acuerdo con información divulgada por The New York Times, Israel retrasa intencionalmente remitir a México al exdirector de la Policía Judicial, Tomás Zerón, quien vive en aquel país desde 2010, como represalia por apoyar las investigaciones de crímenes de guerra israelíes contra palestinos en 2018 y en mayo pasado. Sin precisar si la postura mexicana obedeció a una decisión personal de nuestro representante permanente en la ONU, Juan Ramón de la Fuente o si el caso es exactamente el mismo de Rabasa y recibió las instrucciones presidenciales, lo cierto es que la relación entre ambos países no es del todo tersa e, incluso, la comunidad judía radicada en México no estrecha lazos con el Gobierno federal y tampoco éste lo hace con los casi 76 mil que, de acuerdo con el censo de 2010 -no hay datos recientes- radican el país sin contar con aquellas personas cuyos padres o abuelos son judíos y nacieron aquí.
Son miles y tienen una virtud de que carecen los países occidentales: entre ellos se ayudan para salir adelante.
El trabajo publicado por el influyente rotativo apunta que Zerón tiene la visa vencida, que solicitó asilo político –estudio- y que aún no se concede, pero la autoridad de Tel Aviv no lo toca ni con el pétalo de una rosa.
Atribuye la estancia sin contratiempos en Israel, a que no existe tratado de extradición con México y a que la liga a Zerón tiene sus orígenes en que se ubica el Grupo NSO, que desarrolló el programa de vigilancia Pegasus para combatir el crimen y terrorismo.
“Dicho software fue utilizado por Zerón para espiar y atacar a periodistas, abogados y activistas en México, de acuerdo con diversas investigaciones”, publica el diario neoyorkino.
Citando fuentes no identificadas pero ubicadas en Tel Aviv, se presume que el gobernó Israel tiene razones para suponer que México pretende juzgar a Zerón por razones políticas y no solamente por los presuntos actos de tortura ordenados y ejecutados incluso personalmente en detenidos por el caso Ayotzinapa.
Al respecto, el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez comentó la existencia de un video en donde personalmente Zerón aplica tortura a los detenidos.
Lo publicado por el Times, muestra el profesionalismo de sus reporteros e investigadores y difícilmente podría ser desmentida la versión. Quizá todo esto ya lo sepa el presidente López, quien siempre tiene otros datos, y por ello no ha hecho pública presión alguna.
Es probable que el caso de Andrés Roemer, acusado en México de violaciones y acosos sexuales, tenga la misma estructura y por ello, el diplomático y quien por parentesco directo lleva sangre judía en sus venas, pero nació en México.
Desde que surgieron las acusaciones de quien fuera embajador ante la UNESCO, Roemer viajó a Israel y las peticiones de extradición de la Fiscalía General de la Ciudad de México, que lleva el caso, no ha sido procesadas ni escuchadas por la autoridad judía.
En el caso de Tomás Zerón, la problemática se agudizó por el voto de México en la ONU. Lo que viene es desconocido, por lo pronto, el Times asesta un nuevo revés al gobierno de la cuatroté. Seguramente esta mañana el tema será abordado y con él vendrá acompañada una mayor tensión con Israel.
¿Dónde está el aspirante presidencial y secretario de Exteriores de México?… ¡preparando su campaña para vencer a Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal!
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