Petróleos Mexicanos (Pemex) informó que, según los reportes climatológicos, el 2 de julio se presentó tormenta eléctrica con lluvia intensa en la zona de plataformas del activo Ku, lo que ocasionó que salieran de operación los equipos de turbocompresión de gas de bombeo neumático necesarios para la producción de los pozos.
Al mismo tiempo, fue detectada una fuga en el gasoducto de bombeo neumático de 12” que alimenta los pozos de la plataforma Ku-C; el gas fuera de la tubería migró del fondo del mar a la superficie y dadas las descargas eléctricas y fuertes lluvias, se produjo el incendio en la superficie del mar.
Derivado de tales acontecimientos, y después de aproximadamente 5 horas, se logró extinguir el fuego en su totalidad al cerrar la válvula submarina e inyectar Nitrógeno al gasoducto.
Cabe recalcar que no existió derrame de crudo y las acciones inmediatas para controlar el incendio que se presentó en la superficie del mar, evitaron daño ambiental.
Pemex inició el programa de reparación definitiva de la línea de bombeo neumático afectado y realiza el análisis para identificar la causa raíz de la fuga de gas en el ducto.
La fuga de gas de un ducto marino que provocó un aparatoso incendio en pleno Golfo de México generó críticas sobre la gestión de la petrolera estatal Pemex y ha escenificado los riesgos de la política energética del Gobierno mexicano.
“Insistir en un modelo de desarrollo económico que se funda en el aprovechamiento de combustibles fósiles nos deja a merced de este tipo de accidentes”, dijo este domingo a Efe el director de Greenpeace México, Gustavo Ampugnani.
A pesar de que las imponentes imágenes de un ojo de fuego en medio del mar recorrieron el mundo, hasta ahora hay poca información de lo que sucedió.
Al parecer, habría fallado una válvula de un ducto submarino de Petróleos Mexicanos (Pemex), provocando una fuga de gas que entró en combustión y causó un gran incendio en alta mar.
La petrolera estatal, que tardó varias horas en informar del tema, publicó un breve comunicado, según el cual la fuga fue detectada a las 5:15 h del viernes en un gasoducto cercano a la plataforma KU-C, ubicada en la Sonda de Campeche, que alberga importantes yacimientos de crudo.
Según la empresa, “el incidente fue atendido de inmediato” y se desplazaron tres buques para apagar el incendio y se cerraron válvulas del gasoducto, de tal manera que la fuga se dio por controlada a las 10:45 h, más de 5 horas después de su detección.
Durante su gira por el estado de Sonora, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado por la prensa sobre lo ocurrido y se limitó a decir que “no hay pérdidas de vidas humanas” y que “se va a investigar” el origen de la fuga.
Las imágenes estremecieron a ambientalistas de todo el mundo, como la joven activista sueca Greta Thunberg, quien criticó en Twitter que “los líderes mundiales se llaman a sí mismos ‘líderes climáticos’ mientras abren nuevos campos petroleros, oleoductos y plantas de energía de carbón”.
También el excandidato presidencial de Estados Unidos, Bernie Sanders, pidió, tras el incendio, que “nadie diga ahora que acabar con la dependencia de los combustibles fósiles es demasiado radical”.
No es el primer desastre petrolero que ocurre en el Golfo de México, donde en 2010 se presentó la mayor tragedia ambiental que se recuerda, cuando la explosión de una plataforma de BP en aguas de Estados Unidos provocó un vertido de crudo durante 87 días.
El incendio e la plataforma de Pemex generó críticas contra la política energética del presidente López Obrador, quien desde que asumió el poder ha apostado por el petróleo para conseguir la autosuficiencia energética del país.
Además, el mandatario mantiene una batalla en los tribunales para defender su reforma energética, que prioriza las empresas del Estado, Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por encima de la inversión privada en renovables.
“Es una política anquilosada en el pasado. Entiendo que el presidente quiera fortalecer la soberanía del país, pero la seguridad energética se puede alcanzar con fuentes renovables de energía”, sostuvo el director de Greenpeace México.
Ampugnani explicó que a pesar de que la zona del accidente lleva décadas explotada, todavía hay vida marina que se vio afectada. Y consideró que el incendio demuestra, una vez más, que “este tipo de industrias son altamente peligrosas”.
Las miradas están puestas también sobre Pemex, que desde hace años atraviesa una crisis de producción y de deuda, que asciende a los 113 mil 900 millones de dólares.
“Hay un problema de falta de recursos en la empresa. Se han canalizado la mayor parte de recursos a la operación y al pago de deuda y se ha dejado de lado el mantenimiento”, dijo a Efe, Paul Alejandro Sánchez, consultor energético y socio de Perceptia21 Energía.