México y Estados Unidos deportan a decenas de miles de niños y adolescentes migrantes que necesitan asilo pese a su nuevo discurso de “atender las raíces” y proteger los derechos humanos, denunció un informe de Amnistía Internacional (AI).
La Patrulla Fronteriza ha detenido a cerca de 50 mil menores de edad no acompañados desde que Joe Biden asumió la Presidencia de Estados Unidos en enero pasado, según el reporte, que detalló que 20 por ciento eran mexicanos y, de ellos, 95 por ciento se devolvieron a México “en cuestión de horas”.
En tanto, AI encontró que México deportó a más de 3 mil 300 niños migrantes centroamericanos no acompañados en 2020, más de 70 por ciento del total que detuvo.
Y en lo que va de 2021 ha deportado a más de la mitad de los menores de edad detenidos, aunque organizaciones civiles estiman en 85 por ciento la proporción real.
“En general, cuando se trata de derechos humanos, el discurso y la narrativa del Gobierno mexicano están totalmente divorciados de la realidad”, expuso a Efe, Carolina Jiménez, directora adjunta de investigación de AI para las Américas.
El Instituto Nacional de Migración (INM) informó el lunes pasado la detención de 90 mil 850 migrantes indocumentados en lo que va del año, de los que ha deportado casi la mitad, 42 mil 67.
De los migrantes detenidos en México, casi 20 por ciento eran niños, con 13 mil 736 acompañados de un adulto y 4 mil 14 no acompañados.
A su vez, la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (Comar) ha atendido 152 mil 792 solicitudes de asilo de 2019 a 2021, afirmó este jueves Olga Sánchez Cordero, titular de la Secretaría de Gobernación (Segob).
“Nos enorgullecemos que nuestro país en ningún momento de la pandemia ha dejado de atender a la población en busca de protección internacional”, aseguró Sánchez Cordero en un foro organizado por España y Costa Rica con la participación de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur).
Pero estas declaraciones contrastan con la investigación de AI, que además reportó que México deportó a 90 por ciento de los menores de edad no acompañados, unos 12 mil, que detuvo en 2019, el primer año de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Aunque México aprobó en 2020 una reforma a la Ley de Migración para prohibir que los niños estén en centros migratorios, AI ha denunciado carencias y hacinamiento en los albergues y que, de cualquier forma, al final son deportados.
“Por un lado, el Gobierno mexicano dice que cambió sus políticas migratorias y que ahora hay una política de protección y no de seguridad. En la realidad, los números y las historias hablan por sí solas”, expuso Jiménez.
La presión en Estados Unidos se incrementa por el récord de 180 mil indocumentados detenidos en la frontera en mayo, de los que más de 14 mil eran menores no acompañados y se estima que un tercio eran mexicanos.
Tras la administración “xenófoba” de Donald Trump (2017-2021), la investigadora de AI detecta que “ha habido algunos cambios positivos” con Biden “pero no son suficientes y lamentablemente las prácticas que más preocupan continúan”.
La organización reportó, con base en las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), que Estados Unidos deportó a unos 10 mil 270 niños mexicanos no acompañados de noviembre de 2020 a abril de 2021, casi la totalidad de los detenidos.
La mitad de estos niños mexicanos podría necesitar protección internacional, expuso Jiménez con base en datos de Acnur.
“Nos preocupa enormemente porque si algo nos ha quedado claro es que México es lamentablemente un país con altos niveles de violencia, de violencia basada en género también”, manifestó.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, visitó al presidente López Obrador, con quien mostró sintonía para “atender las raíces de la migración“.
Harris anunció asistencia de Washington para generar 250 millones de dólares en inversiones en el sur-sureste y la colaboración para frenar a los “polleros“, como se conoce en México a quienes trafican migrantes.
Pero Amnistía Internacional aún no ve cambios en el terreno aunque el “tema es bastante urgente”.
“Se repite la historia, solo que ahora la narrativa es distinta, pero seguimos viendo la implementación de las políticas de detención y de deportación casi como respuesta automática”, lamentó Jiménez.