Por Jesús Michel Narváez
Informes del INEGI revelan que en el país existen 17 millones de adultos mayores. Con ellos se inició la vacunación y falta de aplicar el antígeno a 6 millones. Quienes se encuentran entre los 60 y 69 años, suman 15.3 millones. De 50 a 59 años, la cifra se redondea en 12.7 millones. Las cuentas alcanzan 35 millones. Se han vacunado a 20 millones 741 mil 248 personas. Los datos del “científico” Hugo López-Gatell confirman que se han aplicado 29 millones 239 mil 997 dosis. Si Pitágoras no se equivocó, la cifra cubre a casi 15 millones con vacunación doble. ¿De dónde sale el número de que supera los 29 millones?
Sin ser matemático, y concediendo sin aceptar que los desinformes del “científico” sean reales, se ha violentado el calendario de vacunación y ahora, de manera sorpresiva y sin haber cubierto las etapas primera, segunda y tercera, se abre una cuarta: vacuna a quienes tienen entre 40 y 49 años y cuyo número ronda los 13.7 millones.
¿Qué razón orilla al presidente López a hacer el anuncio?
Sin cumplir el calendario que tuvo tanta difusión y el concepto de que los adultos mayores, en su totalidad, vivan en donde sea y estén lejos o cerca de las ciudades, recibirán la inoculación. Seis millones no han recibido la primera dosis. Y a otro tanto no se le aplicó la segunda. Y las otras dos etapas corren la misma suerte: están incompletas.
Es el juego de los números con una intención: ¿quieres vacuna?… el precio es el voto por Morena.
No se entendería de otra manera.
Presumiblemente el “científico” avalado por su jefe de jefes, hizo público el programa de vacunación nacional y estableció el rango de edad con el cual se aplicaría el antígeno a quienes son los más vulnerables: los adultos mayores.
Ante la falta de dosis, porque los productores tuvieron retrasos, se comenzó a manipular el calendario. Sin cubrir a los primeros, se abrió la segunda hoja y, al igual que el anterior mes, se modificó y se redujo la edad hasta llegar, a partir de este lunes, a la cuarta etapa sin haber cubierto las primeras tres en su totalidad.
La manipulación desde Palacio Nacional para hacer sentir a los “menos viejos” que tienen la oportunidad de votar, que son tomados en cuenta por la cuatroté, es gigantesca.
No la oculta nadie. El cinismo se apoderó del pastor y sus feligreses. Es el temor de no ganar en las elecciones del domingo 6 de junio y por ello van tras el voto de aquellos que sentían lejana la fecha para recibir la vacunación.
No hay vacunas suficientes. No lo digo yo. Lo dicen las informaciones oficiales del subsecretario que cobra como “científico” -algo similar a la primera dama que no lo es y tampoco historiadora o investigadora- y ratificadas por el casi invisible Jorge Alcocer, quien está en la nómina federal como responsable del sector salud del país.
Si se cuenta con el suficiente número de dosis que tendrían que ser aplicadas en primer lugar a los 6 millones de adultos mayores que no las han recibido, ¿de dónde salen las que inocularán a las personas de entre 40 y 49 años?
De la estrategia electoral que rinda frutos llamados “votos”.
Acaso sería una compra de voluntades, porque es harina del mismo costal. ¿No está prohibido usar los recursos públicos para apoyar a candidatos a cargos de elección?
PD: Hay quienes afirman que la publicación de The Economist fue negociada desde México para hacer aparecer al presidente López como víctima de los enemigos de la 4t. ¿Usted qué piensa?
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