La Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) rebajó la calificación de seguridad aérea del país de Categoría 1 a 2, debido a que “el gobierno de México no cumple con los estándares de seguridad de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)”.
Es la primera vez desde 2010 que México pierde la Categoría 1 en la calificación de seguridad aeronáutica, lo que implica que las aerolíneas mexicanas no podrán abrir nuevas rutas ni frecuencias nuevas hacia Estados Unidos.
Además, las aerolíneas estadounidenses ya no podrán vender boletos con sus nombres y códigos de designación en vuelos operados por México. “La FAA aumentará su escrutinio de los vuelos de las aerolíneas mexicanas a Estados Unidos”.
El regulador aéreo de EU realizó una evaluación a la seguridad aérea del país entre octubre de 2020 y febrero de 2021, en la que determinó las inconsistencias de México ante las reglas de la OACI.
De acuerdo con una carta de la Agencia Federal de Aeronáutica Civil (AFAC) enviada al regulador estadounidense, a la que El Sol de México tuvo acceso, el país asegura haber resarcido 24 fallas frente a la OACI.
En el comunicado, la FAA aseguró que está comprometida para ayudar al regulador mexicano a mejorar su sistema de supervisión de seguridad operacional para que cumpla con los estándares internacionales.
“La FAA está lista para proporcionar experiencia y recursos en apoyo de los esfuerzos continuos de AFAC para resolver los problemas identificados en el proceso de Evaluación de la Seguridad Operacional de la Aviación Internacional”.
“Una calificación de Categoría 2 significa que las leyes o regulaciones del país carecen de los requisitos necesarios para supervisar a las compañías aéreas del país de acuerdo con las normas internacionales mínimas de seguridad, o que la autoridad de aviación civil carece de una o más áreas como experiencia técnica, personal capacitado mantenimiento, procedimientos de inspección o resolución de problemas de seguridad”, detalla el documento.
El lunes por la mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador minimizó la situación al decir que no se trataba de un “tema delicado” y que el asunto obedecía más a los intereses de aerolíneas estadounidenses, pero que las empresas mexicanas no resultarían afectadas porque están más enfocadas al transporte doméstico.
“Veo más un propósito de ayudar a las líneas estadounidenses con una medida de este tipo. Al final de cuentas, no van a faltar los aviones porque está creciendo mucho el transporte aéreo, se está recuperando la economía y está levantando la aviación. Vamos a esperarnos nada más, pero no es un asunto que yo considere grave”, dijo el mandatario en su conferencia diaria.