Restauradores y personal de Protección Civil trabajan en el Templo Mayor para concluir el peritaje sobre los daños ocasionados por el colapso de la techumbre en la zona arqueológica tras la fuerte lluvia y granizada del miércoles, y poder definir el proceso para retirar las láminas caídas y colocar un nuevo techo.
Por el momento se coloca material especial tipo espuma en las bardas arqueológicas y la pintura mural mexica para protegerlas ante posibles lluvias en estos días y evitar más daños, refirió Patricia Ledesma, directora del Templo Mayor en conferencia de prensa, al precisar que la aseguradora también evalúa los daños para aplicar la póliza.
La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, informó a través de redes sociales que el primer dictamen de expertos apuntó a que «no hay afectaciones graves al patrimonio» y dijo que el oficial al que le cayó la techumbre encima está «estable».Por su parte, la directora del Museo del Templo Mayor, Patricia Ledesma, explicó que hay «un proyecto general» para cambiar todos los techos de la zona arqueológica, que fueron diseñados por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez en 1987.
Mientra el recinto permanecerá cerrado al público durante los trabajos de restauración y mantenimiento, que aún no se sabe el tiempo que tardarán, apuntó la directora.
Las cuatro techumbres que cubren el Templo Mayor datan de inicios de los años 80 y a pesar de su mantenimiento constante anoche una de ellas no soportó el peso del granizo y la lluvia.
El colapso no fue de manera total sobre los restos arqueológicos, sino sobre sus propios «codos» de metal, lo que permitió que la estructura prehispánica se protegiera. Es decir, el techo colapsado protegió el resto de la zona arqueológica de daños mayores.
«Les podemos decir que los daños que hemos podido observar hasta el momento son mucho menores en comparación de lo aparatoso que se ve desde la calle», dijo Lourdes Gallardo, restauradora del Museo del Templo Mayor.
Gallardo explicó que a pesar de haber colapsado por toneladas de granizo, el techo que cubre la zona arqueológica «no se destruyó» del todo y «siguió protegiendo parcialmente» el Templo Mayor.
«Los techos respondieron bien porque repartieron el peso y en algunas partes se sostuvo la estructura», aseguró la restauradora, quien dijo que «estamos viendo una respuesta adecuada de las cubiertas a un evento atípico».
La fuerte lluvia de más de dos horas que incluyó caídas de granizo tumbó el miércoles por la noche parte del techo que cubre la Casa de las Águilas en la zona arqueológica del Templo Mayor, ubicada en el Zócalo.