Los médicos de la prisión han decidido trasladar al principal líder de la oposición rusa, Alexei Navalny, al hospital, dijo el lunes la autoridad penitenciaria, 20 días después de una huelga de hambre que ha traído advertencias internacionales sobre las consecuencias si muere en la cárcel.
Aliados de Navalny, que no han tenido acceso a él desde la semana pasada, dijeron estar preparados para las malas noticias sobre su salud. Están planeando manifestaciones masivas en todo el país a finales de esta semana.
El caso de Navalny ha aislado aún más a Moscú en un momento en que el gobierno del presidente estadounidense Joe Biden anunció sanciones económicas más severas y la República Checa -miembro de la Unión Europea y la OTAN- expulsó a espías rusos, acusando a Moscú de participar en unas explosiones mortales ocurridas en un depósito de almacenamiento de armas en 2014.
El servicio penitenciario ruso dijo en un comunicado que se tomó la decisión de trasladar a Navalny, de 44 años, a un hospital penitenciario regional, aunque no aclaró si el traslado ya se había realizado ya.
Según, indicó, su condición es «satisfactoria» y está recibiendo «terapia de vitaminas» con su consentimiento.
Ivan Zhdanov, director de la Fundación Anticorrupción de Navalny, calificó la medida como «un traslado a la misma colonia de tortura, solo que con un hospital más grande, donde atienden a personas gravemente enfermas».
«Así que solo puede entenderse que la condición de Navalny ha empeorado, y ha empeorado de tal manera que incluso el torturador lo admite», dijo en Twitter.
Navalny, un activista anticorrupción que alcanzó la fama con videos virales que catalogan la vasta riqueza acumulada por altos funcionarios rusos a los que califica de «estafadores y ladrones», está cumpliendo una sentencia de dos años y medio por viejos cargos de malversación de fondos que él considera falsos.
Fue arrestado al regresar a Rusia en enero tras recuperarse en Alemania de lo que las autoridades germanas dicen que fue un envenenamiento con un agente nervioso prohibido en Rusia, que él y los gobiernos occidentales calificaron como un intento de asesinato. El Kremlin niega cualquier responsabilidad.
Navalny se declaró en huelga de hambre el 31 de marzo para protestar contra lo que, según él, fue la negativa de las autoridades penitenciarias a brindarle tratamiento para sus dolores de espalda y piernas. Rusia dice que lo han tratado bien y que está exagerando su enfermedad para llamar la atención.
Estados Unidos ha advertido a Rusia de «consecuencias» no especificadas si Navalny muere en la cárcel. Los ministros de Relaciones Exteriores de la UE debían discutir el caso el lunes.
El Kremlin dijo el lunes que tomará represalias contra cualquier sanción adicional y rechazó las declaraciones de países extranjeros sobre el caso. «El estado de salud de los condenados y encarcelados en territorio ruso no puede ni debe ser un tema de su interés», dijo el portavoz, Dmitry Peskov.