Como una burla definieron los concesionarios del transporte público de pasajeros en la Ciudad de México, integrados en Fuerza Amplia de Transportistas (FAT), la propuesta del gobierno de la Ciudad de México que el pasado jueves les ofreció condonación de derechos por la cantidad de 10 pesos diarios, lo que demuestra que sólo quieren ganar tiempo, desgastar su movimiento reivindicativo y continuar ignorando sus demandas mediante una política pública voraz ya que “quieren aniquilar económicamente al gremio para entregarlo a grandes consorcios particulares”, porque “no existe dinero en la CDMX para que la actual administración absorba el servicio y con el mismo dinero que obtenemos nosotros lo ofrezca de la forma como nos lo exige”.
La permanente actitud de violencia social y económica, además de la discriminación del gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum Pardo en su contra, dijo el vocero de los concesionarios de la Ciudad de México, Nicolás Vázquez Figueroa, “provoca que continuemos en nuestra lucha por subsistir a este embate en contra de quienes hemos atendido el transporte por cerca de 40 años. Si hemos de desaparecer, no será con los brazos cruzados como lo quiere este gobierno”, expresó.
Motivo por el cual los transportistas descartan quedarse inmóviles e irse a sus casas a esperar la muerte por inanición económica como ha ocurrido con una parte importante de su gremio, motivado por la política económica del gobierno en contra de ellos y la afectación de la pandemia por Covid-19.
Está visto que nos quieren aniquilar de cualquiera de las formas que se les presenten enfrente: por un lado, sin darnos el incremento a la tarifa porque no quieren asumir el costo social e, incluso, político que les generaría; y, por el otro, quien decida escucharles el canto de las sirenas, se va a arriesgar a crear empresas con unidades de última generación, que serán insolventes en unos pocos meses porque la carga social, los impuestos y financiamiento no lo podrán solventar con esta tarifa y tendrán que vender empresas quebradas a los grandes grupos del transporte.
De tal forma que los miembros de Fuerza Amplia de Transportistas (FAT) volverán a las calles cuantas veces sea necesario para poner en la atención pública la problemática económica en que se encuentran desde hace varios años y que ya hizo crisis desde antes de la pandemia, con la cual ahora se agudizó al grado de la supervivencia.
Nicolás Vásquez recordó que los descuentos sobre los derechos que les dieron a conocer el jueves y con los que los trajeron un par de semanas dando vueltas a las oficinas de Movilidad, donde el secretario Andrés Lajous Loaeza los dejó plantados, y a las del Gobierno de la Ciudad de México, “ya nos los habían entregado el año pasado con motivo de la negociación que realizamos el 18 de febrero”.
Sucedió lo mismo que con el bono de combustible que el gobierno de la Ciudad de México con su retórica mañosa, utiliza para la pandemia, para el tema de la tarifa y para cualquiera otra cosa que le se le ocurra, pero es una sola cosa.
Así, dijo, está claro que no seguirán esperando la burla de los funcionarios del actual gobierno y que van a repetir la movilización que realizaron el pasado 10 de marzo cualquier día de los que están por venir, quizá sin previo aviso.